por Juan Manuel Otero Barrigón
Carismático, jovial, descontracturado, imaginativo y hablador. Antes de hacerse famoso por su aura zen, fue capellán episcopaliano de la Northwestern University. Más tarde fue catedrático y decano en la Academia Americana de Estudios Asiáticos en San Francisco. A mediados de los sesenta viajó con sus estudiantes de la Academia Americana a Japón, visitando también Birmania, Sri Lanka y la India. Se vinculó con el filósofo budista Zen Dr. Suzuki (otro popular divulgador de los principios de Oriente). También hizo televisión: su programa, transmitido en la National Educational Television, se titulaba «Eastern Wisdom and Modern Life».
Vallejo, la mítica casa flotante en los años 60´
El famoso artista iconoclasta Jean Varda, quien compartió el bote Vallejo junto con Alan
Aquel año marcó el inicio de una etapa productiva e inspiradora en la vida de Alan, quien usó la casa flotante como centro neurálgico de encuentro para cientos de reuniones filosóficas, fiestas y salones de la Sociedad de Filosofía. La más renombrada reunión celebrada en el Vallejo fue conocida como la "Cumbre de la casa flotante" y contó con la participación de popes de la contracultura de la talla de Timothy Leary, Allen Ginsberg, y Gary Snyder. Se discutía sobre LSD y estilos de vida alternativos; aquel intercambio luego sería publicado en la revista contracultural del San Francisco Oracle.
Alan Watts a bordo de la casa flotante Vallejo
Alan Watts y Jean Varda se dividieron la casa flotante en dos zonas: este y oeste. El costado de la barca que pertenecía a Alan estaba escasamente amueblado y carecía de color y demasiados estímulos visuales, era un perfecto lugar para la meditación. Por el contrario, el sector correspondiente a Jean se mostraba atestado de color, comida, esculturas, pinturas, vino, música, animales y hippies. Era un lugar de celebración. Alan Watts era el Yin, Jean Varda era el Yang. Juntos, convivían como grandes amigos.
Sector del Vallejo en el que vivía Jean Varda
"La Cumbre de la Casa Flotante", un increíble registro del audio de aquel encuentro que reunió a figuras como Alan Watts, Gary Snyder, Timothy Leary y Allen Ginsberg. Fue en 1967. El audio completo está disponible en YouTube.
La Cumbre, inmortalizada en una imagen publicada en el periódico under San Francisco Oracle (1967)
El Vallejo se deterioró fuertemente con el paso de los años. Varda falleció repentinamente en 1971, y Alan Watts lo siguió en su derrotero cósmico apenas dos años despúes, en 1973. No obstante, los encuentros continuaron en el barco después de la muerte de Alan, ya que a partir de 1978, Alfred Sorensen, un místico conocido como Súnyatá mantuvo reuniones semanales allí, en las que iba a responder a las preguntas de los visitantes. Marian Saltman, una mujer que había empezado a vivir en el Vallejo en 1971, comenzó a restaurar el barco en los años 80´. Su deseo era que el lugar, "continuara siendo el hogar de personas notables de ideas, deseando servir a las necesidades creativas y artísticas de Sausalito y el área de la bahía." En el año 2000, la casa flotante, fue trasladada a un astillero a través de la bahía de San Francisco con el fin de repararla. Luego, fue devuelta a su muelle en Sausalito. Actualmente, y según las últimas noticias, funcionaría como residencia privada.
El Vallejo, hoy
Los libros y las charlas de Alan Watts son una enorme muestra de lo poderosos que pueden llegar a ser el lenguaje y las ideas como herramientas de transformación psicoespiritual.
Según algunos relatos, en sus últimos años en el Vallejo, Alan se hizo cada vez más y más amigo del alcohol. Algunos testigos de sus charlas cuentan que llegaba a dar clases completamente borracho, y que mientras más borracho, más brillante y lúcido resultaba. Sin lugar a dudas, hubiese sido un gran amigo del viejo poeta taoísta Li Po, genial como él, y amante del buen vino, quien en su intento por abrazar el reflejo de la Luna, retornó al Tao en las profundidades del río Yangtzé.
Según algunos relatos, en sus últimos años en el Vallejo, Alan se hizo cada vez más y más amigo del alcohol. Algunos testigos de sus charlas cuentan que llegaba a dar clases completamente borracho, y que mientras más borracho, más brillante y lúcido resultaba. Sin lugar a dudas, hubiese sido un gran amigo del viejo poeta taoísta Li Po, genial como él, y amante del buen vino, quien en su intento por abrazar el reflejo de la Luna, retornó al Tao en las profundidades del río Yangtzé.
Excelente entrada, gracias
ResponderEliminargracias a vos por la visita! un abrazo
EliminarGenial Hermano del psicozentao, un fuerte abrazo Taodado !!!!
ResponderEliminarEstupenda narración Juan Manuel! Gracias por compartirla...
ResponderEliminarMe encantó como todo lo que escribís! Gracias por compartirlo!
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