viernes, 22 de mayo de 2020

Creencias y Arquetipos (por Alejandro "Aon" Nepote)


Las creencias tienen cierta relación con los arquetipos.
Los arquetipos no son simples pensamientos o razonamientos, antes bien, son “patrones universales” fundamentales, según la visión del Dr. Carl Jung. Por otro lado, de acuerdo al enfoque de Wang-Pi (Fusi), se trata del poder de un diseño básico matemático que se encuentra detrás de esos símbolos ancestrales que dan forma a los pensamientos o dictámenes, y es de aquí desde donde surge el “yi” -易- (cambio), como si fuera la matemática sagrada de la conciencia desde la cual se ramifican todas las perspectivas de las mentalidades existentes. Perfectamente podría adaptarse el mundo de las ideas de Platón al mundo de las creencias como causa primaria de los pensamientos.
-
Podría decirse que los arquetipos influencian al inconsciente colectivo mediante la configuración existencial de los registros akáshicos desde donde baja la información, y, al mismo tiempo, se puede decir que los arquetipos se nutren del inconsciente colectivo en cuanto a la psique humana o aspecto psicológico; es decir, de alguna manera, los arquetipos y el inconsciente colectivo se retroalimentan recíprocamente en una especie de simbiosis interdependiente.
Del mismo modo, las creencias son patrones que deben ser muy bien comprendidos, y, en este caso en particular, directamente vinculado con el aspecto psicológico al que se refirió Jung y en el cual centró su mayor atención.
-
El Dr. Alfred Adler atribuía los patrones a “los ideales” de las personas. Decía que la forma de vida de cada individuo se va ajustando a partir de una colección de creencias, las que van declinando a partir de un ideal de perfección y poder que, en definitiva, nunca se alcanza, distanciando cada vez más a las personas de ese objetivo ilusorio que se imponen como meta. Cuando esos ideales se diluyen con el correr de la vida al reconocer que son inalcanzables, las creencias van decayendo o siendo reemplazadas por otras más esperanzadoras.
-
O bien, por ejemplo, del modo que interpreta el Dr. Joseph Campbell, cuya concepción de los mitos y creencias es algo que prácticamente se encuentra registrado en el ADN de los seres humanos, incidiendo sobre la mente y afectando a los pensamientos, al organismo y a la fisiología de manera inexorable.
-
Hay personas que, lamentablemente, son víctimas de sus propias creencias. Creen que el mundo está en contra de ellas. Creen que están siendo siempre observadas para ser criticadas y juzgadas. Hay personas que creen no tener suerte ya sea para encontrar una pareja adecuada o conseguir un buen trabajo o para planificar un proyecto exitoso, otros creen que no tienen suerte para los negocios, que no tienen suerte con las amistades. Hay personas que no creen que dentro de ellas atesoran capacidades extraordinarias ni que guardan en sí dotes y habilidades asombrosas.
-
Hay personas que creen que hay gente por ahí que constantemente le están haciendo daño de algún modo o creen que la vida es sufrimiento o, tal vez, creen que no hay nada después de la muerte y que todo se termina ahí; así, hay una cantidad inconmensurable de creencias que son causa de numerosos malestares emocionales, desequilibrios psíquicos, desarmonías bioenergéticas y enfermedades de todos los tipos, breves, crónicas y agudas, incluso, terminales.
-
Por eso es tan importante revisar las creencias. Y no son sólo éstas que estoy mencionando, porque las creencias nocivas son incontables y de todos los tenores; están las aparentemente inofensivas, están las altamente letales, están las ponzoñosas que terminan contaminando todo a su alrededor, lesionando a otras personas y alterando el entorno.
-
Debido a las creencias se establecen desacuerdos, hasta el punto de que, por meras creencias, se desatan guerras.
Por eso, realmente, la cuestión de analizar esto de las creencias no es algo banal como algunas personas suponen.
De hecho, en este nivel en el que estamos, es sumamente importante percatarse de las creencias nocivas y reemplazarlas por creencias saludables. En este nivel es fundamental modificar las propias creencias.
-
Sin lugar a duda, en este nivel que estamos no sugiero atreverse a trascender las creencias e ir más allá de ellas, porque lo primero es aprender a transformarlas; por el contrario, si directamente se intenta liberarse de ellas sin haber aprendido a transformarlas, es muy probable que quien esté determinando que es posible trascenderlas sea otra creencia insidiosa escondida en lo más profundo.
Al menos sugiero meditar esta posibilidad.

Alejandro "Aon" Nepote
(texto extraído de su Facebook personal, perteneciente al curso "Vivir la Existencia")


Poshumanismo y "muerte del prójimo"


"Dando al prójimo, amando al prójimo, damos también a Dios lo que es debido. El hombre justo hace todos los días ofrendas a Dios y al prójimo. Durante milenios, el mundo judeocristiano se ha sostenido sobre estos dos pilares. (...) Pero hoy la sociedad es laica. A finales del siglo XIX, el grito sobrecogedor de Nietzsche se extendió sobre la Tierra: "Dios ha muerto". Incluso quien no sigue a Nietzsche ha tenido que reconocerle como profeta: durante el siglo xx, en el mundo judeocristiano las personas religiosas, que eran mayoría, pasaron a ser minoría. E incluso para esta minoría la fe se convirtió sobre todo en un hecho privado, como la elección de una filosofía, de una convicción política y hasta de un amor. La sociedad, sostenida por dos pilares, perdió el equilibrio cuando uno de ellos se derrumbó. La muerte de Dios vació el cielo. Pero nada resiste al torbellino del vacío. El espacio celeste se llenó con la aceptación de los milagros de la ciencia y de la economía entre las divinidades, con la elevación a las estrellas del deseo personal. (...) Con el paso del siglo XX cede también de forma irremediable el segundo pilar del mandamiento: el hombre de la ciudad se siente cada vez más rodeado de extraños. Es tiempo, pues, de pensar en el sequel de Nietzsche, y decirnos claramente que también ha desaparecido el prójimo. Los tiempos que siguieron a la "muerte de Dios" fueron llamados en ocasiones posteológicos o posreligiosos. Para los actuales todavía no se ha encontrado un nombre. Una posibilidad no deseada sería "poshumanos".

Luigi Zoja, "La muerte del prójimo", Turín, Einaudi, 2009, pp 4-6.

sábado, 16 de mayo de 2020

Notas sobre Activismo Espiritual (b)



Cada momento en la vida de una persona es un acto de improvisación: crear algo nuevo a partir de un pasado establecido.

La improvisación llega hasta las profundidades mismas de la materia. 

✅ Improvisar, del latín "improvidere", realizar un acto sin tenerlo previsto, preparado o planeado. "Algo muy común en el comportamiento de los niños, causando a veces gracia y sorpresa. Es una de las principales facultades que tienen los artistas". (Diccionario de Arte)

✅  Habitamos un universo de interdevenir; cada evento conlleva la influencia de todos los demás e influye en ellos. Los bloques de construcción del universo son momentos y relaciones, no "cosas".

Todos y cada uno de los seres vivos son sujetos de su propia vida, con valor intrínseco, y no solo un objeto para los demás.

Todo el universo es una comunión de sujetos, no una colección de objetos. (Thomas Berry

Nuestro llamado humano es a afirmar el valor de la vida y ayudar a construir comunidades que sean creativas, compasivas, participativas, multiculturales, humanas para los animales y buenas para la tierra, sin que nadie quede postergado. 

A medida que buscamos cumplir esta vocación, nos atrae el ideal de la belleza: armonía e intensidad de la experiencia. Este ideal de belleza, y su llamado interior hacia la plenitud de la vida para todxs y cada unx, resuena  cómo la Escucha Profunda del Universo; Dios, Tao, Brahma, Krishna, que está presente continuamente en la vida en la tierra y en la totalidad del cosmos.

Segunda Serie - Juan Manuel Otero Barrigón

jueves, 14 de mayo de 2020

Sobre mito, símbolo, y sus usos

Anthony Freda

En más de una ocasión se refirió el peligro que representa la pérdida del sentido de los símbolos en nuestra cultura. A esto habría que agregar que también es peligroso manipularlos en beneficio propio. Algo que no pocas veces ocurre en nuestro tiempo, sobre todo en los ámbitos de la política y la industria. Cuando esto sucede, se deforman y degradan las historias que los articulan, y su protagonista, el héroe, queda reducido a la mera búsqueda de poder o de riqueza. La contracara de esta operación es que tanto el símbolo como el mito, aún olvidados y despreciados en su importancia original, no han perdido su poder. De ahí la decisiva necesidad de tratarlos con respeto.

sábado, 9 de mayo de 2020

Pioneros en "Psicología de la Religión": (4) Théodore Flournoy



Nacido en 1854, Théodore Flournoy fue amigo de William James y estudiante de medicina bajo la dirección de Wilhelm Wundt. Ocupó provisionalmente una cátedra de Psicología Experimental que funcionaba en la Universidad de Ginebra, creada especialmente para él. Como James, se interesó profundamente por el fenómeno religioso, dedicándose durante un semestre a cursar en la Escuela de Teología de la misma ciudad. Sin embargo, decidió luego abandonar esta carrera ya que llegó a considerarla "una disciplina llena de dificultades innecesarias".  

Al que igual que su amigo estadounidense, Flournoy también se sirvió de documentos personales para sus investigaciones sobre la experiencia religiosa. En uno de sus trabajos publicados, una serie de seis autobiografías religiosas acompañadas de comentarios, el médico suizo destacó la gran diversidad de experiencias en las vidas por él estudiadas.  Su obra fue muy influyente en las tempranas exploraciones que Carl Gustav Jung realizaría sobre su prima (mediúm espiritista) Héléne Preiswerk, reflejadas en su propia tesis doctoral "Acerca de la psicología y patología de los llamados fenómenos ocultos", de 1902. De hecho, el sabio de Zurich menciona textualmente  en su autobiografía que "el concepto de la «imagination créatrice» («imaginación creadora»), que me interesaba en especial, lo tomé de él(refiriéndose a Flournoy). Asimismo, en "Wandlungen und Symbole der Libido" (Transformaciones y símbolos de la libido), editada en 1912, Jung también profundizó en el caso de Miss Miller, el cual originalmente había sido tratado por Flournoy, realizando sobre el mismo "un detallado análisis".

Las contribuciones de Flournoy a la psicología de la religión se condensan en la propuesta de dos principios fundamentales sobre los cuales buscó establecer los fundamentos de la disciplina, y cuyos importantes ecos se extienden hasta la actualidad:

1) Principio de exclusión de un Ser Superior: a partir del cual los psicólogos de la religión no deben afirmar ni desechar la existencia ontológica independiente del Misterio, ya que se trata de un aspecto que queda totalmente por fuera de su campo de competencia. Por el contrario, está dentro de su campo de estudios, reconocer el sentimiento de trascendencia y atender a sus manifestaciones y variaciones con la mayor rigurosidad posibles.

Observemos que este primer principio fue fundamental, nuevamente, para la obra junguiana en torno al fenómeno religioso, dado que Jung destacó siempre que sus teorías sobre la experiencia religiosa constituían un abordaje estrictamente psicológico y científico, declarándose prescindente de determinar la correspondencia objetiva de sus descubrimientos a nivel psicodinámico, puntualmente en lo referido a la existencia de Dios. 

2) Principio de interpretación biológica: de acuerdo con el cual, la psicología de la religión es, por un lado, a) fisiológica; en busca de las condiciones orgánicas que hacen posible el fenómeno religioso, b) genética o evolutiva; explorando los factores internos y externos involucrados en su desarrollo, c) comparativa; esto es, atenta a las diferencias individuales, y d) dinámica; reconociendo que la religión supone un fenómeno complejo en el cual están involucrados diversos factores interrelacionados a los que hay que  considerar. 

Además de la religión, otro de los grandes intereses de Flournoy fueron los fenómenos psíquicos y el espiritismo, a los cuales dedicó los últimos años de su vida. Uno de sus estudios más conocidos sobre el tema fue "Desde la India al planeta Marte", publicado en el año 1899. Trataba sobre una médium llamada Helen Smith, la cual parecía ser capaz de transmitir a otras personas información sobre sus vidas pasadas mediante un estado de trance. El libro documentó las experiencias de esta médium en términos de "ciclos románticos": el "ciclo marciano", "ciclo ultramarciano", y ciclos "hindú", "oriental" y "real". La obra tuvo fuerte resonancia dentro de la subcultura espiritualista de la época, pero Smith (cuyo nombre real era Catherine Elisa Muller) se decepcionó con Flournoy, dado que este había interpretado los distintos ciclos como fruto de la imagineria infantil de la psíquica , y su lenguaje marciano como un mero lenguaje elaborado. De cualquier modo, y hasta su último trabajo publicado en el año 1911, Flournoy siguió dedicándose a indagar en estos temas.
Para terminar, no podríamos dejar de recordar la importancia de incluir dentro de su legado el concepto de criptomnesia, que con posterior rigurosidad estudiaría Jung, remitiéndonos a la existencia de recuerdos ocultos para el campo de la consciencia. Es decir, recuerdos que la persona no sabe que los tiene y que no puede referir de donde los obtuvo o cómo se generaron. Flournoy fue, para varios historiadores de la psicología, el primero en documentar este fenómeno. Según el Diario Británico de Psiquiatría, "originalmente fue asumido que los recuerdos ciptomnésicos solo podían ser rememorados en estados alterados de conciencia. Hoy en día, el término se aplica para describir la aparición de recuerdos en estado normal de conciencia, los cuales no son reconocidos por el sujeto".


Reseña de Juan Manuel Otero Barrigón.


Fuentes consultadas:
* Flournoy, Theodore. From India to the Planet Mars. A study of a case of somnambulismo with glossolalia. New York/London, Harper and Brothers publishers, 1900.
* Goldsmith, Ronald E.
The Life and Work of Theodore Flournoy, 1854-1920. Michigan State University. Department of History, Michigan, 1979.

* Jung, Carl Gustav.  Recuerdos, sueños, pensamientos. Colección Los Tres Mundos. Séptima edición. Barcelona: Editorial Seix Barral, 1964.
* Jung, Carl Gustav. Obra Completa volumen 1: Estudios Psiquiátricos. 1. Acerca de la psicología y patología de los llamados fenómenos ocultos (1902). Madrid: Trotta, 1999 [2ª edición 2007].
* Wulff, David M. Psychology of Religion: Classic and Contemporary Views. Wiley, New Jersey, 1991.

lunes, 4 de mayo de 2020

Sobre las Fronteras del Conocimiento


"Psicológicamente, todo conocimiento es el resultado de imponer un cierto orden sobre la fenomenología psíquica a medida que las conductas, pensamientos y actos surgen de un nivel profundo no racional y hacen su aparición en la conciencia. De acuerdo con Jung, ese orden refleja el comportamiento de una realidad metapsíquica, es decir, de lo que es en sí mismo real.

(...)

Nos consideramos parte de los que pretendemos cambiar orientaciones que entendemos son sospechosamente parcializadas, excluyentes de otros saberes y que, en general, giran sobre un propio círculo vicioso sin aceptación de otros aportes, los cuales son descalificados por no tener ningún fundamento, por lo tanto, deben ser ignorados. Círculo de complacencia que lo único que genera son repetidores...y complacientes".

Néstor Eduardo Costa,
 "Sincronicidad y saber absoluto en la teoría de C.G.Jung", Centro Editor Argentino, Buenos Aires, 1997, pp 19 y 28.



viernes, 1 de mayo de 2020

Pioneros en "Psicología de la Religión": (3) Théodule-Armand Ribot


Théodule Armand Ribot, nacido en 1839, fue quizás el más relevante psicólogo de la historia de la psicología científica francesa. Desde 1885 ejerció como profesor de la Universidad de la Sorbone y posteriormente en 1888 se hizo cargo de la cátedra de psicología experimental del Colegio de Francia. 
Para algunos historiadores franceses, la figura de Ribot centraliza los comienzos de la psicología científica de su país, ya que intentó independizar la psicología tanto de la filosofía metafísica como de la fisiología, además de representar un proyecto institucionalizador a través de su cátedra, su laboratorio y su revista.
La obra de Ribot se desarrolló abordando diversos aspectos relacionados con la patología, en varios textos clave de su corpus. Entre ellos, podríamos mencionar "La herencia psicológica" (1873), "La Psicología de la atención" (1888), "La imaginación creadora" (1900), "Ensayo de las pasiones" (1906) y "La evolución de las ideas generales" (1897). A modo de comparación, y por todo lo comentado, la actividad de Ribot sería el espejo francés de la acción desarrollada por su par Wilhelm Wundt en Alemania.


El psiquiatra galo era un firme adherente a la visión científica de la psicología, lo que expresó de manera clara cuando afirmó que: “Hasta aquí la psicología ha tenido la desgracia de caer en manos de los metafísicos. Se ha formado así una tradición difícil de romper”. Como resulta lógico para la época, la evolución de Ribot, canalizó de este modo las vicisitudes de la nueva psicología, aspirando a un status legal en el mundo científico, particularmente en relación con sus dos incómodas vecinas: la filosofía y la fisiología.
El método desarrollado por Ribot como método científico principal, fue especialmente válido para la explicar la etiología de las enfermedades mentales, siendo usado además por la escuela psicopatológica derivada de él, especialmente por Pierre Janet. Probablemente, gracias al trabajo de ambos, la psicología francesa llegó a consolidarse en el estudio de la por entonces llamada "psicología anormal".

Respecto a la religiosidad, sostenía que la emoción religiosa intensa, la cual puede manifestarse en forma depresiva o melancólica, en individuos obsesivos con sentimientos de culpa o miedo, o bien en forma exaltada, con estados transitorios de sentimiento amoroso potente, debía ser considerada patológica. Según narra Eugen Weber en su obra "Apocalypses: Prophecies, Cults, and Millennial Beliefs Through the Ages", para Ribot las religiones estaban en proceso de evaporación, su destino inexorable era el de ser sustituidas por la racionalidad científica.
Pese a lo limitado que pueden revelarse hoy sus planteos, no podríamos terminar esta breve reseña recordando que como fruto de sus empeños, en 1900, y bajo su dirección y la de su colega Pierre Janet, se desarrolló el IV Congreso Internacional de Psicología  en París. Fue un evento curioso, marcado por la presencia de un gran número de ocultistas, espiritistas y teósofos. Sin embargo, y más allá de esa nota de color, la importancia de aquel evento se nos revela hoy superlativa; según algunos historiadores, en esa jornada nacieron por igual la psicología animal y la psicología de la religión.

Reseña de Juan Manuel Otero Barrigón.

Fuentes consultadas:
* James, William. Las variedades de la experiencia religiosa. Editorial Trotta, Madrid, 2017. 
* Stewart, William. A Biographical Dictionary of Psychologists, Psychiatrists and Psychotherapists. McFarland, California, 2008. 
* Weber, Eugene. Apocalypses: Prophecies, Cults, and Millennial Beliefs Through the Ages. Harvard University Press, Massachusetts, 2000.