jueves, 27 de febrero de 2020

Espiritualidad y Política Consciente en la obra de Claudio "Pocho" Lepratti


"¿Qué sentido tiene una respuesta teórica, intelectual, al dolor de un hombre marginado, desesperado?” (...) “Yo trato al prójimo como a un objeto cuando lo trato como a un ausente, como a un repertorio de informaciones para mi uso, o como un instrumento a mi disposición, cuando lo catalogo sin apelación, lo cual significa desesperar de él” (...) “Hay un mundo de las personas. Es necesario que haya entre ellas una medida común, nuestro tiempo rechaza la idea de una naturaleza humana permanente, porque toma conciencia de las posibilidades aún inexploradas de nuestra condición (...) "Esto no implica negar al hombre toda esencia y toda estructura. Si todo hombre no es sino lo que él se hace, no hay ni humanidad, ni historia, ni comunidad” (...) "La idea de un género humano con una historia y un destino colectivo del que no puede ser separado ningún destino individual se opone a la existencia de marginados” (...) “Creo que cada persona es un mundo, una geografía, sobre la que ella misma, y sólo ella, tiene las herramientas para operar. Así es que no podemos, si no es con ella, dar respuestas a las preguntas, al sinsentido de nuestro hombre desarraigado. Tenemos elementos como para arriesgar que desde su surgimiento a lo largo de miles de millones de años el hombre fue configurado en función de la comunicación, comunión, del trascenderse a sí para llegar a ser” (...) "Amo, luego el ser es y la vida vale la pena de ser vivida. Tratar al otro como a un sujeto, es decir como a un ser presente es reconocer que no puedo definirlo ni clasificarlo, es concederle crédito, es “esperarlo”, “esperanzarlo”. Y por eso “desesperar de alguien es desesperarlo” (...) “El que se encierra en el yo no halla jamás el camino hacia los otros”.

Claudio "Pocho" Lepratti, militante social argentino asesinado durante la crisis del año 2001.
Los fragmentos arriba citados fueron extraídos de su ensayo filosófico "La realización del hombre en la comunicación" (1998) -texto disponible para descargar haciendo clic en el título-


#PochoLepratti #Filosofía  #Política #Espiritualidad #Humanismo

miércoles, 19 de febrero de 2020

Sobre el entramado profundo entre ascesis y relaciones humanas


Toda gran tradición espiritual lleva incorporada una ascesis, un conjunto de prácticas y disciplinas que impulsan al caminante hacia su desarrollo integral como Persona. Por otro lado, y en tanto somos seres sociales, esto significa que los progresos reales en el sendero interior se cristalizan en las relaciones que establecemos con los demás, y con el mundo. Las relaciones son el espejo: permiten que nos observemos en ellas. A medida que la ascesis se va profundizando nuestras relaciones cambian a la par. El amor, la alegría, la paz y la generosidad van siendo así la nota básica, ya no el desprecio ni la violencia, en todas sus variadas formas. Por eso es que el riesgo de una “ascesis” desconectada de las relaciones con los demás, sea el de conducir al practicante a un ombliguismo estéril: en estos casos, las disciplinas pueden perder su potencial transmutativo y reducirse al nivel de “juguetes espirituales”.

jueves, 6 de febrero de 2020

Sobre Otto Rank



En la última "Mesa Redonda Mitológica" (Joseph Campbell Foundation) que compartimos en el mes de Diciembre, recordamos la obra, injustamente algo olvidada, del brillante analista y teórico vienés Otto Rank, uno de los colaboradores más cercanos a Sigmund Freud en los primeros tiempos del psicoanálisis, e integrante de la temprana "mesa chica" del movimiento psicoanalítico. Sus hipótesis profundizaron algunas de las líneas de trabajo más interesantes del psicoanálisis germinal, como ser, por ejemplo, la teoría del trauma del nacimiento. En este sentido, la tesis de Rank (1924) había surgido del mismo Freud, cuando ya en "La interpretación de los sueños" (1900) escribió, en una nota a pie de página, que "el acto de nacer es la primera experiencia de angustia, y por lo tanto, fuente y prototipo de esta". Rank planteó que con el nacimiento se pierde el sentimiento de unidad con el todo, y proclamó que todos los goces posteriores de la vida podrían entenderse como un intento de restablecer el goce primario del estado intrauterino. Así, todo aquello referido a la creación humana, el arte, la filosofía, los sueños, los mitos, la fantasía y la religión, constituyen intentos por retornar al paraíso uterino, o bien, repeticiones del mismo trauma del nacimiento. De esta manera, Rank haría una distinción clara; en la madre aparecen los dos polos, el del bienestar representado por el útero y el del dolor, propio del alumbramiento al atravesar el canal de parto. Para Rank, el proceso psicoterapéutico suponía un nuevo renacer en el que cada sesión representa una experiencia de unión y separación. Así, el ser humano sería un artista que crea su vida y su personalidad; mientras que el neurótico, "artiste manqué", fracasaría en esa misma tarea. Años atrás, en 1907, Rank había publicado uno de los ensayos más notables sobre psicología profunda del mito, que a pesar de posteriores y necesarias relecturas, sigue siendo una referencia pionera e ineludible en los estudios mitológicos. Nos referimos, claro, a "El mito del nacimiento del héroe", al que homenajeamos en nuestra reunión. Por otra parte, y como derivación natural de sus concepciones sobre la salud y la patología, Rank fue uno de los primeros analistas en interesarse por el universo del artista, destacándose desde temprano en la aplicación del psicoanálisis a la literatura. También profundizó en el miedo a la muerte, y reivindicó la experiencia emocional del análisis sobre la experiencia intelectual, siendo crítico con el abuso de la interpretación transferencial propio de la ortodoxia freudiana. Por si fuera poco, y antes que se convirtiera en un apotegma de la Gestalt, impulsó la expresión "aquí y ahora", precisamente, distanciándose del excesivo análisis de la transferencia. Curioso buscador, lúcido crítico de los vicios y excesos de la práctica psicoanalítica clásica, Rank desarrolló una labor inspiradora como catalizador y animador del desarrollo de la teoría y la práctica psicoanalíticas, asediando territorios por entonces inexplorados. Y sobre todo, y lo que más nos gusta, animándose a repensar los dogmas, garantía indispensable para todo aquel que quiera desarrollar un pensamiento tan singular como creativo.