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jueves, 17 de noviembre de 2022

El amor humano (Improvisaciones sobre “El Arte de Amar” de Erich Fromm). Por Jorge Garzarelli


El amor humano 

(Improvisaciones sobre “El Arte de Amar” de Erich Fromm). 

Por Jorge Garzarelli 

Palabras clave: Amor, Arte, Libertad, Soledad

Introducción

En toda la historia de la Humanidad, tres son los pilares del drama de la Existencia continua.

El Amor, La Locura y La Muerte

Es que, a partir de las vivencias en las que se desliza nuestra sociedad cual una “melange” de discursos amorosos, sobreviene la pregunta fundamental de que es el Amor en nuestra época en  que los valores que antes sustentaban nuestra estructura hoy están desdibujados, transformados y enrarecidos en una atmósfera evanescente y transparente.

De aquí es que ubicándome en esta actualidad considero necesaria e imprescindible ubicar nuestras existencias a partir de preguntas que urgentemente deberían ser consideradas para poder de algún modo establecer parámetros en el nuevo diseño vital.

Desarrollo

El amor es un estremecimiento de todo el Ser.

Estremecimiento en nuestro cuerpo como materia concreta, en cuanto aparece la pulsión amorosa que en el Ser se anida y se acerca como la primera vez cuando nuestra madre nos abrazó y nos impregnó con la Imago fundamental de ser humano.

Porque se dice “estoy enamorado”?

¿Porque el amor convoca a una conjugación con el otro semejante que no significa un igual a quien puedo amar en libertad?

El ser amado y amar al otro comporta aquí alguna otra forma de la libertad del ser ya que el amor es una profunda creencia del yo, una fe en el otro y la fe del otro en mi.

Muchas veces se escuchamos o decimos  “no puedo estar sin vos” . Esto es como una mentira conveniente, ya que deberíamos aclarar con sinceridad, “no quiero ser sin vos”.

Aquí entraríamos de lleno en el espacio líquido de la angustia de llegar a ser sin otro. Narciso se manifiesta en su mortal reflejo. Amor de espejo, amor sin sustancia, sin dimensión, encerrado en la prisión del egoísmo.

Vivir sin el otro, es la más profunda y dolorosa pesadilla. El otro es una continuidad en lo cotidiano, es quien me hace sentir que soy libre de ser y lo que deseo ser.

Recuerdo aquí una frase de un paciente que una vez me dijo “estoy tan pero, tan enamorado que me quiero morir”. Le señale sonriente que, “morir de amor es una buena razón para morir, pero que para amar es preciso vivir”. Nunca más toco el tema, por lo que imagino sigue enamorado hasta el día de hoy.

El amor, es la puerta abierta de la libertad. Otro tema que le preocupaba a Fromm cuando escribió su “El miedo a la libertad”. Hoy en día escuchamos decir con cierta liviandad, prefiero no amar, porque me ata al otro, sin darse cuenta acaso que entonces estaría atado o atada a la fría soledad

Al amor le ponemos todos los nombres posibles, le inventamos palabras nuevas, porque así lo pide, palabras instantáneas, sutiles como una brisa y fuertes como las montañas

El amor se presenta y representa continuamente en el Arte bajo las formas de música, literatura, teatro, cine, etc. tan profunda es su impronta en la vida humana.

El amor es una acción creativa que presupone la entrega y la aceptación de lo que el otro puede y quiere darme. Sobre todo es la entrega de mi y es claro que el otro debería decirme que me acepta.

Cuando abrazo al otro, abrazo una totalidad que ignoro, pero en la que creo, me conjuga y armoniza. El amor de convivencia esta pleno de sus sonidos, como de sus perfumes, su respirar por la noche, cuando alguna vez nos despertamos sobresaltados y abrazamos a “alguien amado” para estar seguros de que sigue viviendo.

Vivir en soledad de amor, es el más profundo sentimiento de desesperanza en el que aparece la helada sensación del silencio del otro.

Es en la caída de abandono eterno, el paso más cercano al inevitable paso a la muerte o hacia la locura. Es por falta de amor que deviene la locura en el ser. La locura será el último hueco vacío que puede sostener a nuestra mente. La locura es el Cero de la Nada. El punto por donde se fuga la Vida.

Es la emergencia del espíritu desnudo.

Cuando no hay amor, hay angustia. Estan aquí las separaciones definitivas, la muerte del otro, la ausencia de poder recibir y poder dar. El nudo de la impotencia en la total ausencia del abrazo sublime del ser que amamos.

¿Qué hacer cuando quiero y necesito amar y no encuentro a quien? El encuentro es, con la pulsión de muerte, el frío silencio, la ausencia de tu voz, tu calor, tu mirada, ya que sos vos quien como semejante da testimonio de quien soy.

Una “cosa obscura”, resplandece cuando se es amado, tal como la obscuridad clara que es descubierta, por algún brillo lejano y misterioso como la luz de los bichitos nocturnos.

Quizás, yo creo, uno de los peores sufrimientos nuestros, sea el que deviene de la falta de amor.

Sin amor, en todas sus formas, intensidades y diferencias, el mundo estará amenazado. De hecho lo está actualmente en la inconstancia y fragilidad de nuestros vínculos en los que el amor respira pidiendo socorro en forma de fragmentos.(Cfrs.Byung-Chul,2013)

No luchar más en contra de la aparición del amor, es una acción ética que debemos realizar, sin delación ni espera para un mundo mejor, por lo que luchar a favor del amor es un deber ético e instantáneo aquí y ahora “Dasein”. Hoy mismo y desde nuestra profundidad.

Cuando hablo, pienso y escribo sobre el Amor, busco alguna felicidad, sino estoy incierto, ansioso y desnudo.

Solo me noto con las ropas del sonido de las palabras que digo, que siento y que escribo.

¿Escribir es una forma importante para acercarnos al “ruido” del sujeto?

Escribir es como un campo de semillas alegres que esperan convertirse en árboles silenciosos, dadores de vida. Aquellos que dan sin pedir nada a cambio.

El amor siempre, siempre es una producción abierta a todos, sea quien sea el otro, aunque todos sabemos que es difícil amar al enemigo, pero si no amamos de algún modo, somos nosotros nuestros propios enemigos.

El amor en algún sentido se parece a un campo de batalla en el que hay que ser “disciplinados” para vencer la inercia, la indiferencia, el desinterés.

Por eso en el Arte de Amar (segun E.Fromm) señala que, debemos acceder a la concentración en el otro.

Concentración con el otro siempre buscando alguna forma de plenitud, como en el mito de los Andróginos, (Cfrs.El Banquete, Platon) donde cada parte disociada, buscaba desesperadamente la parte que lo completara.

Aquí podemos encontrar la sugerencia de la estética en el sentido de la vida en nuestro mundo.

Mundo en el que observamos y “sufrimos” en forma sistemática dis y contravalores, que presentan sus inevitables consecuencias en la credencial del odio. Odio que comporta al mismo tiempo la imposibilidad de amar.Odiamos cuando no sabemos, abrazar, escuchar, mirar, reconocer, besar, sentir al otro, quien es una extensión de este infinito universo que se nos ha legado, lo que resulta de no reconocer lo que es bueno en cada uno de uno y en cada uno de los otros.

Por supuesto que, odiamos la injusticia, la deslealtad, el hambre, la guerra,….la lista es enorme.

Piense cada uno de ustedes en la historia del mundo y en sus propias historias, cuantas veces han y hemos sentido, odios, resentimientos, venganzas etc. y pongan en las balanzas de sus conciencias, la fuerte penetrante e hiriente señal de que ese no es el camino que nos conviene, siendo el odio el que produce el mayor desequilibrio mental.

En este sentido el odio es un pecado del (lat. “pecatum” – falta), porque nos hace perder el tiempo, siendo “per se” la forma más destructiva de todos los sentimientos.

El amor siempre se pliega y despliega en el agradecer y agradecer es un acto de sanidad.

Agradecer cuando nos miran y reconocen, cuando nos tocan con ternura, cuando nos besan con suavidad, cuando no escuchan con atención, con fortaleza y cuando miramos, tocamos, besamos, escuchamos y abrazamos al otro a quien amamos o a quien queremos amar, en esa totalidad que supone el alma y el cuerpo.

Cuerpo que algunos consideran trono del alma. Cuerpo que nos conecta con la realidad que vivimos, la externa y la interna y que es asiento del yo que somos desde que nacemos, nos desplegamos y dejamos de ser.

Cuerpo que es el asiento singular de nuestras emociones perdurables.

Cuerpo que habla desde el corazón, toca con nuestras manos, abraza con nuestros brazos, mira con nuestros ojos, besa con nuestra boca y escucha  y ve los sonidos y colores del mundo.

¿Como es que, corriendo disparatadamente en esta sociedad transparente, no nos detenemos a sentir quienes somos y quien  el otro es?

¿Como es que no podemos amar cuando tenemos todos los instrumentos para hacerlo, tal como si fuéramos una orquesta sinfónica en la que todos los instrumentos actúan armónicamente tal como si fueran uno?

 Ese Uno que buscamos cuando amamos.

Con toda seguridad E Fromm,(2012) afirma el gran paradigma de que Amar es un Arte, como también afirma que el amor no es comunista, ni fascista, ni capitalista. Es inmortal a las estructuras sociales, políticas y económicas.

Mi amor por el Arte me llevó de hecho a leer con mas detención el “Arte de amar” de Fromm, uno de mis tantos libros predilectos.

Entenderé por el momento, por Arte del( latin “ars” y del griego “techné”) ya que es una definición abierta, subjetiva y discutible a “aquella actividad en la que el hombre recrea, con una finalidad estética un aspecto de la realidad en formas bellas, valiéndose de la materia, la imagen y el sonido”.

Particularmente creo y estoy seguro que es así y no solamente contando con mi experiencia individual y colectiva sino con lo que he comprendido a lo largo de mi vida, sobre todo en el apasionante y sereno camino con mis amigos.

Porque hay en el Amigo, una elección honesta y sincera en la que puedo contar tanto en el ángulo solitario de algunas tristezas como en el portón siempre abierto, claro y transparente de las alegrías.

En el amor dice Fromm, (2012) también hay paciencia y tranquilidad. Digo esto y pienso en “relajarse en los abrazos del ser querido”.

Es claro que uno cuando siente la naturaleza vibrar dentro de sí, no solo quiere a los amigos, la lista es muy larga y ustedes la conocerán dentro de sus propios y singulares lugares de la vida.

El Amor es un arte (Cfrs.Fromm,2012) en el sentido que requiere esfuerzo tanto para amarnos como para amar al otro. El amor permite superar todas las barreras culturales y aun después de nuestra muerte durante un largo periodo de tiempo podemos seguir siendo amados por nuestros hijos, nietos inclusive por las obras que hemos legado al mundo. Aquí nos encontramos con todas las diferentes clases de artistas.

Este aprendizaje del amor, da resultados cercanos al esplendor de la trascendencia.

En esta pequeña eternidad que los seres humanos llamamos Vida, nos pasa de todo y en este mismo momento en que el que estamos nosotros todos juntos aquí por alguna razón – cada uno con sus razones pero aunados por un tema que los ha convocado-, me gustaría preguntarles, ¿que los trajo a este evento?

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¿Cuando emerge el Amor en el mundo?

No lo sabemos pero podemos inferir que forma parte indisoluble de nuestra evolución como Personas compuesta, como señalaba nuestro querido Padre Ismael Quiles, por siete niveles todos integrados. Nivel físico, químico, biológico, psicológico, social, ético moral y espiritual.

¿Donde colocamos al Amor?

Y yo les diría que en cuanto Personas, en todos los niveles, cada uno con su rango de estructura íntimamente conectados y funcionando dinámicamente. El amor esta en diferentes cantidades energéticas en todo el cuerpo humano y lo situamos en el corazón, mientras que los antiguos lo situaban en el hígado (Cfrs. El mito de Prometeo) y en la cabeza,´en la glándula tiroides que regulan nuestro metabolismo, en el timo que se agranda cuando amamos, en el pecho cuando sentimos angustia (del sanscrito “Ang”, angustia, angosto) ,en el plexo solar “Manipura” en India que vibra cuando abrazamos y que para ellos es de color amarillo, punto dorado en Música y que se corresponde con el “chakra” del poder, al que se le asimila la tonalidad de Sol Mayor.

Señalo esto  brevemente como una forma de decir que el amor está en todas las culturas en diferentes formas pero siempre esencialmente y altamente vinculado al apego que los seres humanos tenemos no solo entre nosotros sino también a la Naturaleza que nos rodea.

Lo encontramos en nuestro cuerpo, en los tres cerebros de los reptiles, en el de los mamíferos y en el neocortex de los humanos.

Es decir, si lo queremos ubicar, está en todas los lugares del mundo en que habitamos. Solo observemos con cuidado nuestro entorno y todo está a nuestro servicio y beneficio lo que nos hace vibrar y sentirnos vivos. Emociones que son por sí mismas verdaderas.

El amor nos hace olvidadizos, obsesivos, inseguros, celosos, nos sume en la depresión o en la euforia. El amor llega por azar y es incontrolable, quiebra a la razón y se soporta en una biología al servicio de la supervivencia, actuando desde nuestros circuitos cerebrales como feromonas a favor del flechazo amoroso. “El punto de unión como sueño de unión total con el ser amado” (Cfrs.Barthes,2002)

El amor al mismo tiempo que nos interpela, es la respuesta misma que nos da la vida cuando nos preguntamos sobre que, por qué y para que vivir.

La respuesta final no la tiene el odio, que bajo diferentes maneras casi constantemente presenta sus infames credenciales, desde el desprecio diario hacia el otro hasta la más destructiva de sus formas, la guerra.

Hoy en dia el amor parece haber caído en desuso y en esta “modernidad liquida” al decir de Bauman (2005) en la que todos corremos detrás de no sé que ideales, impera el “amor flotante”, sin responsabilidad por el otro. El otro es un automático sexual. Sociedad con seres inciertos y cada vez más imprevisibles. Sociedad paranoide y caótica en la que la palabra amor, ha sido degradada a una gramática digna de un bizarro infierno.

Sociedad en la que a los hombres se los intenta convertir en “pixeles” para ser controlados por un panóptico al servicio del poder económico. El hombre verdadero montará una filosofía que insistirá en que el Amor es indestructible como el átomo universal que conforma el Alma.

Aquellas tres formas del Amor en Grecia, el “Eros” sensual, erótico y asimismo vital, la “Philia” el amor por el padre, la madre, el hijo, el hermano, el amigo y el “Agape” el amor que se da sin medida y sin miedo, parecen haberse perdido en un camino nostálgico en el que impera el silencio de  un hombre solo sin rumbo, ni destino. Solo, ante la incertidumbre del Ser.

Los valores trascendentales están no obstante escondidos en nuestra alma, a punto de ser depositados en el otro con serenidad, confianza y fe y en la esperanza de ser correspondidos.

Quizás no nos veamos comúnmente pero nos reconocemos en nuestras miradas, nuestros gestos y en nuestros discursos y hoy mismo, ahora y aquí entre nosotros.

Como el Amor, la Muerte y la Locura, siempre formaron parte de nuestra vida, conocer en profundidad los porqués y para que de nuestras existencias  es un imperativo ético, producir formas de Arte, en las que el Amor bajo forma sutil y persistente sea el modelo principal.

Quizás estas palabras sirvan para dar cuenta de mi deseo y solo me queda preguntar, ¿cual es el mejor deseo en la vida de Ustedes?

 

Bibliografía

Bauman. Z. – Amor liquido. Acerca de la fragilidad de los vínculos humanos, Fdo.de Cultura Económica, Madrid, 2005

Barthes,R. – Fragmentos de un discurso amoroso, Siglo veintiuno Editores Argentina, Buenos Aires, 2002

Byung-Chul,Han – La Sociedad de la transparencia, Herder Editorial S.L., Barcelona, 2013

Fromm, E. – El Arte de Amar – Paidos, Nueva Biblioteca, Buenos Aires, 2012

 

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Jorge G.Garzarelli – ph.D.

Profesor Emérito USAL

psiquis42@gmail.com

2020

martes, 7 de julio de 2020

Notas sobre Activismo Espiritual (d)


"Mammon" de Frederick Watts. 1884

Fundamentos de la pseudoreligiosidad tecnocrático consumista:

Dominada por el modelo de “Mammón” (Mt 6, 24)

1) Producir sin parar
2) Tener cada vez más
3) Poder gastar sin limitaciones
4) Aparentar (Acentuación de la “Persona” -C.G.Jung-, olvido del Self)
5) Éxito en la vida y hacer carrera como metas supremas
6) Entretenerse
7) Eliminar la lucha y el sacrificio
8) Pensar sólo en uno mismo
9) Dominar a los demás
10)Violentar a la naturaleza para satisfacer necesidades propias

Principales fuentes de adoctrinamiento: Dispositivos de la cultura desacralizada > Medios de comunicación dominantes, Propaganda, abuso de nuevas tecnologías, Teorías filosóficas subjetivistas, Políticas alienantes, Positivismos, etc.

Templos/Catedrales de culto: bancos, hipermercados, shoppings, bolsa de valores.

Consecuencias bio-psico-sociales-espirituales: exclusión, miseria, daño ecológico, relaciones abusivas, egoísmo, narcicismo, pseudoespiritualidad, vida líquida (Z. Bauman), exceso de positividad (Byung Chul Han), “cultura del descarte” (Papa Francisco).

Frente al escenario vigente establecido, es responsabilidad de toda persona consciente expandir la convocatoria a construir una sociedad alternativa, sobre las bases de la orientación hacia la trascendencia, la humanidad, la integración, la justicia, la solidaridad, y la vuelta al Ser.


Cuarta Serie - Juan Manuel Otero Barrigón

martes, 9 de julio de 2019

Reconectándonos con nosotros mismos: los desafíos de la sociedad moderna (Sona Murali)

Pintura: Leon Zernitsky


Reconectándonos con nosotros mismos: los desafíos de la sociedad moderna

Por Sonal Murali (trabajadora voluntaria en la Sociedad Teosófica en Adyar durante muchos años)


Hay mucho de qué alegrarse en el mundo de hoy por la generación que creció leyendo a Harry Potter, lo que marca un hito en la literatura. Un libro, una historia lanzada al mismo tiempo a través de todos los continentes, se convirtió en una obsesión de la noche a la mañana con una generación de jóvenes y adultos por igual, reemplazando a los clásicos, la mitología, los cuentos de hadas, así como los cuentos de epopeyas y aventuras a través de las culturas.

El mundo se ha encogido. Sin embargo, a muchos no les gustaría utilizar el término "encogimiento" y prefieren verlo como "expansión". Nuestras fronteras del conocimiento están en constante expansión. En la historia conocida, sabemos mucho sobre el mundo físico así como del espacio, y sentimos que muchas cosas están a nuestro alcance. Actualmente estamos verdaderamente conectados en redes y las distancias se han esfumado, acercándonos más que nunca.

Las dos últimas décadas han cambiado el mundo desde que se creó la World Wide Web (Red alrededor del mundo). La misión de Google, fundada en 1998, fue organizar la información del mundo y hacerla universalmente accesible y útil, de modo que tanto la información como la tecnología pudieran compartirse fácilmente. Sin embargo, en 2018 queda por realizar la inclusión digital de una gran parte de la humanidad. Y si la tecnología ha llegado a su último miembro, lo ha hecho en una versión transformada, por lo que sus beneficios siguen siendo muy desiguales.

La globalización ha hecho posible la contracción mediante la liberalización del comercio y la movilidad. Sin embargo, nuestras preocupaciones sobre el futuro se han incrementado y el Foro Económico Mundial 2018 deliberó sobre "Crear un Futuro Compartido en un Mundo Fracturado".

Un mundo fracturado

La globalización era un sueño que no veía las distancias ni las fronteras como impedimentos. El resultado fue cierta estandarización del estilo de vida, los valores y el comportamiento en todo el mundo, pero el mundo sigue luchando contra la pobreza y el hambre. El "paso gigante para la humanidad" nos ha llevado a un mundo fracturado, el mundo nunca estuvo completo, pero hoy probablemente está más fracturado que nunca. Los medios de comunicación, la religión, la política de identidad, el nacionalismo, se han convertido en medios para servir al propósito de los centros de poder que son esencialmente egoístas. No es de extrañar que también estemos observando dos de las mayores amenazas: el cambio climático y el terrorismo, ambos provocados por el hombre.

Los valores materialistas establecidos con el advenimiento de la industrialización y las semillas de la globalización, se sembraron cuando Colón descubrió América cuando buscaba especias indas. Hoy, la ciencia ha remodelado nuestro paisaje, y la globalización y los medios de comunicación la han generalizado. Jacques Mahnich (Conferencia: Teosofía y Ciencia, Convención de Adyar, diciembre de 2014) dice:

"La ciencia ha penetrado profundamente en nuestras vidas cotidianas e impregna ahora casi todos los aspectos de las sociedades humanas. Los ámbitos industrial, económico, financiero, educativo, artístico y cultural dependen todos ellos de las tecnologías. . . . Los medios de comunicación mundial, el acceso en tiempo real a la información, los procesos en línea, han impulsado la aceleración del desarrollo. En ese sentido, el mundo se ha convertido en una aldea global. Las mejores universidades y centros de investigación tienen ahora un enfoque interdisciplinario y multinacional. El tipo de sinergia que esto proporciona no tiene precedentes".
La cuestión de si la ciencia se siente éticamente responsable de su uso, no concierne a muchos. Mahnich describe la situación actual como sentarse en un coche de carreras de alta tecnología sin volante ni cinturón de seguridad. El impacto aquí es a nivel planetario, afectando toda la vida.

Por lo tanto, es vital que analicemos el impacto de la globalización y la tecnología en nuestras sociedades, familias y en nosotros mismos, colectiva e individualmente, social y psicológicamente. El fenómeno de la "reducción" nos ha puesto a todos en una especie de "crisol". La diversidad está desapareciendo rápidamente. ¿Qué han hecho estos rápidos cambios en nuestras mentes, valores, hogares, estilos de vida y relaciones? ¿Ha creado esto una amenaza existencial para nosotros, el Homo sapiens, en una sociedad digital moderna?

Los sociólogos han dicho que, por un lado, encontraremos grupos más heterogéneos y, por otro, habrá más guetos urbanos en los que los no deseados serán desterrados y mantenidos en límites. Hoy estamos en la cúspide de la libertad individual y, sin embargo, de vez en cuando, inesperadamente, exhibimos una mentalidad de enjambre donde no hay identidad, sólo un frenesí colectivo. Cuando cada miembro de la sociedad no tiene sentido de pertenencia, el espacio para el individuo disminuye y ser parte de una turba proporciona sentido de seguridad e identidad. Estos cambios rápidos no dan tiempo para el procesamiento, y muchos se sienten completamente perdidos. Tenemos que lograr una comprensión equilibrada de estas paradojas de la actualidad.

Tener o Ser

Erich Fromm, en su libro ¿Tener o Ser? dice que un cambio en la cultura norteamericana del "ser" al "tener" vino con la Revolución Industrial. Apareció la obsesión de "tener", y la cantidad de posesiones dictó el "índice de felicidad", firmemente arraigado en la creencia de que el dinero puede arreglar cualquier situación incómoda. Esto contrasta con la comprensión oriental de que nada externo es responsable de cómo uno se siente en su interior, y que ningún número de circunstancias externas puede tener ningún impacto en nuestro estado de ánimo.

Este cambio hacia el "tener" también llevó a "tener cosas hechas por el hombre", en oposición a la alegría ilimitada que la vida nos ofrece gratuitamente. Los bienes se convirtieron en un símbolo de estatus y se crearon "necesidades falsas". El modo "tener" se concentra en las posesiones materiales con el consiguiente sentimiento de poder y agresión, que es la base de los males universales de la codicia, la envidia y la violencia; mientras que el modo "ser" se basa en el amor, el compartir y comprometerse con la actividad constructiva. Fromm siente que la lucha de estos dos modos de existencia ha afectado el espíritu de la humanidad. El simple hecho de examinar en nuestra vida cotidiana su dictamen de "tener o ser", puede salvar nuestro amenazado planeta y también provocar una nueva revolución social y psicológica.

El hombre unidimensional

La vida es dinámica y llena de sutilezas, pero el tipo de estrechamiento de la vida y del vivir que está experimentando la generación actual es, acertada y metafóricamente, descrita por el filósofo Herbert Marcuse en su Hombre Unidimensional en una sociedad unidimensional. Su argumento es que las falsas necesidades creadas por la sociedad industrial avanzada integran a los individuos en el sistema existente de producción y consumo a través de los medios masivos de comunicación, la publicidad, a través de medios subliminales y la gestión industrial.

Unos pocos individuos dictan nuestras percepciones de la libertad permitiéndonos tomar decisiones para comprar la felicidad. Considera el consumismo como una herramienta para la domesticación de la población, una forma de control social. Continúa la creación irracional de nuevos productos, requiriendo la eliminación de productos viejos, u obsolescencia de productos viejos. Un individuo pierde su humanidad y se convierte en una herramienta de la máquina industrial y en un engranaje de la máquina consumidora, mientras se engaña al creer que tiene el poder de comprar.

Según él, en este estado de "falta de libertad" los consumidores actúan irracionalmente y compran más, trabajan más para comprar más, e ignoran los efectos psicológicamente destructivos de la basura y el daño medioambiental, y buscan la conexión social a través de objetos materiales, que se convierten en la base de todo. Dado que los artículos están controlados por la industria, se trata de un mecanismo autoritario. Como resultado de la domesticación de la población, el potencial revolucionario en Occidente ha disminuido al mínimo.

El concepto de "hombre unidimensional" afirma que otras dimensiones de la existencia humana han sido eliminadas. Vivimos en una época de dominación social del hombre por el hombre y el totalitarismo puede imponerse sin terror, mientras las personas continúan sintiendo que son libres.

Obligación de "convertirse" en la modernidad líquida

Los cambios que ocurren en la sociedad moderna son tan rápidos que el mundo moderno está perdiendo lentamente cualquier sentido de solidez. Cada nueva estructura sustituye a la anterior, que se la declara "anticuada" por fecha, no por su utilidad. Zygmunt Bauman lo llama "modernidad líquida" porque está en constante estado de movilidad y cambio, derroca constantemente las formas anteriores, y necesita un cambio constante en las relaciones e identidades. El cambio permanece como la única constante. Él dice:

"Las formas de vida moderna pueden diferir en muchos aspectos, pero lo que las une a todas es precisamente su fragilidad, temporalidad, vulnerabilidad e inclinación al cambio constante. Ser "moderno" significa modernizarse compulsivamente, obsesivamente; no tanto "ser", y mucho menos mantener la identidad intacta, sino "convertirse" para siempre, evitar la consumación, permanecer indefinido".
La constante obligación de "convertirse" puede resultar en un desafío existencial. La modernidad siempre es algo nuevo y diferente, una característica de la modernidad que es inseparable. En esta búsqueda de ser moderno no existe un "estado final de perfección", sino una infinidad de mejoras sin una visión final y sin ningún deseo. Esto crea en la persona un sentimiento perpetuo de "estar incompleto". Nuestra sociedad es una de las muchas en el mundo que puede afirmar que hay jóvenes que cometen suicidio.

La sociedad exige del individuo una búsqueda constante de identidad con sus propios parámetros de estandarización, y la búsqueda de una identidad se convierte en una tarea. Ser individuos en la sociedad líquida significa no sólo ser buenos consumidores, sino ser bien competitivos en el mercado global. Tal condición no sólo requiere la compra de los "artículos de moda", sino también la compra de un "cuerpo de moda", lo que ayuda a la auto-manipulación de nuestro propio aspecto físico y del de la siguiente generación. Las cirugías estéticas son una tendencia común en la actualidad y la compra de genes no está muy lejos. Los medios de comunicación social también ayudan a la auto-manipulación de nuestra felicidad individual y familiar.

J. Krishnamurti dijo que el miedo y el deseo son las dos fuerzas primordiales que impulsan a la humanidad en el reino psicológico: el deseo de llegar a ser, y el miedo de perder lo que uno es, o no llegar a ser lo que uno desea. Esto es diferente a una flor que no desea convertirse en una flor, florece naturalmente. Uno puede ver cuán explosivamente se ha alimentado este deseo de "convertirse" por parte de la sociedad moderna. No se trata simplemente de "llegar a ser" con un resultado tangible, sino de estar siempre en el estado de "llegar a ser"; ya no se trata de "más para mí", sino de "más de llegar a ser", de reinventarse a sí mismo constantemente.

Esto también tiene el elemento de autoengaño, al no permitir que una persona vea cómo está operando en esta matriz unidimensional, siendo el rasgo común la “temporalidad". Por lo tanto, es fácil asumir que el azar y la incertidumbre dictan la naturaleza de las cosas y que no hay un orden inherente o implícito. Puede que esto no sólo cargue con un estrés colosal a las personas, sino que las desestabilice por dentro. Dada la naturaleza de la economía de mercado que gobierna el mundo, la respuesta de la sociedad a lo anterior puede verse en la proliferación de técnicas de meditación y gurúes que una persona que se encuentra constantemente sintiéndose "incompleta" busca comprar, en lugar de abordar la raíz del problema dentro de sí misma.

Fiel a su nombre, la "modernidad líquida" no tiene forma, sino que puede tomar innumerables aspectos y fluir de manera imprecisa. La evidencia se puede ver más fácilmente en el enfoque contemporáneo de la auto-identidad, donde la construcción de una identidad duradera que se mantenga en el tiempo y el espacio se hace cada vez menos posible. Bauman dice que hemos pasado de una época en la que nos entendíamos como "peregrinos" en busca de un significado más profundo, a una época en la que actuamos como "turistas" en busca de múltiples pero fugaces experiencias sociales.

Umberto Eco, filósofo italiano, dice que los problemas permanecen invisibles para las personas nacidas dentro de una sociedad determinada. Habla de la agitación de los valores ideológicos, de las crisis de diversa índole, del individualismo desenfrenado, y dice que en esta sociedad líquida no es fácil encontrar una estrella polar que nos guíe y nos lleve a la luz. ¿Era quizás más fácil cuando un Jesús o un Buda caminaban sobre la tierra?

Impacto en el cerebro

J. Krishnamurti habló sobre la crisis de la conciencia humana, donde el cerebro se atrofia a medida que la gente se vuelve más y más dependiente de los aparatos y la automatización. Sin embargo, la etapa de alerta puede haber pasado y podríamos estar en un curso irreversible.

El Dr. José Foglia, en la Convención internacional de la ST en Adyar, el 4.01.2018, habló extensamente sobre cómo la revolución digital afecta al cerebro y los desafíos que plantea a las personas desde el punto de vista social y psicológico. Poco a poco, a medida que su grupo de impacto se hace más joven, las etapas de desarrollo del cerebro podrían verse afectadas. Dado nuestro entorno cada vez más digital, este podría ser un fenómeno omnipresente.

La otra crisis existencial es el surgimiento del pensamiento dialéctico, que ve las cosas existentes "como algo distinto de lo que son", negando las posibilidades presentes en ellas mismas al llegar a la conciliación más económica y razonable de la información. Una flor, o un lugar, o una persona no se ven por sus posibilidades inherentes, sino que se reduce a hechos dados sobre ella y más tarde pasa a formar parte de la memoria semántica.

Al nacer el lenguaje verbal, el mundo manifestado se redujo a los "nombres", etiquetas, símbolos que lo representaban. Con el advenimiento de las computadoras, un modo binario opcional de cualquiera de ellas, lo redujo a una caricatura de lo que es. Finalmente, en una realidad virtual, es como una versión animada de la caricatura del mundo, cortando así todas las posibilidades de entrar siempre en contacto con el mundo real o experimentarlo en su plenitud.

En este contexto, las enseñanzas de Krishnamurti se convierten en la más radical y la única solución para la psique fracturada de la raza humana. Nos recuerda una y otra vez que la palabra no es la cosa. Él nos exhorta a verla en la realidad, y no simplemente a conocerla como un hecho. Nos pide que vayamos al quid de la dualidad de que el conocimiento no es lo real. Está muy claro de que como estamos fundamentalmente en un curso diferente en esta era de la información en la que los "datos" gobiernan de forma suprema, el poder es sinónimo de quien recoge y controla los datos, tiene acceso a los datos, velocidad de transferencia, etc.

Demencia digital

Con respecto a la tecnología digital, hemos pasado de la adicción a la dependencia. Su uso excesivo se ha convertido en una necesidad profesional, o debido al entorno digital uno se ve obligado a funcionar en él. Estar constantemente en un modo binario de pensar produce una desconexión frente al modo analógico que tiene continuidad.

Manfred Spitzer habla de cómo el uso excesivo de la tecnología digital puede causar una ruptura de las capacidades cognitivas, resultando en demencia digital. Advierte que, a corto plazo, las vías cerebrales comenzarán a deteriorarse debido a la infrautilización. Lo llama "Atrofia de la memoria inducida por la tecnología". Gradualmente, las personas pueden perder la capacidad de pensar o interactuar con personas cara a cara.

El funcionamiento en un entorno digital ha impactado los cuatro tipos de memoria, episódica, semántica, procesal y de trabajo, produciendo un desequilibrio con la memoria semántica que se basa en gran medida en nuestra sintonía con la realidad y que la está afectando seriamente. Marcel O'Gorman, que actualmente investiga la abstinencia digital, afirma que la prótesis se ha confundido con el órgano, y corremos el riesgo de experimentar eventos, no como participantes sino como dispositivos de grabación.

Uno de los últimos dominios cognitivos en deteriorarse es la Memoria Procesal, que permite a las personas aprender habilidades que se vuelven automáticas (inconscientes). Pasando de 4 a 7 horas al día con aparatos, el dominio permanece subdesarrollado en la gente, e incluso en los niños. La memoria de trabajo está en peligro ya que permitimos que Internet nos interrumpa de maneras cada vez más diferentes, afectando la concentración y la atención, resultando en una fragmentación mental. Actualmente, millones de niños padecen el Síndrome de Déficit de Atención, que ha provocado hiperactividad y comportamientos violentos en casos extremos.

Spitzer concluye que los niños y jóvenes corren el riesgo de perder o incluso de no desarrollar habilidades cognitivas; particularmente en riesgo está la "neuroplasticidad", la capacidad del cerebro para adaptarse a nuevos requerimientos. Los niños utilizan los medios de comunicación durante largas horas, y como todo lo que se percibe deja "rastros en el cerebro", son las impresiones de los medios digitales y las experiencias del mundo no real las que dejan sus huellas en el cerebro. Como resultado, la habilidad de procesar cosas del mundo real se atrofia. No es probable que los niños adquieran estas habilidades más tarde en la vida porque no han sido generadas durante la fase más importante del desarrollo del cerebro.

En esta era de datos, nuestra educación y nuestra sociedad dependen en gran medida de la memoria semántica, que no se basa en experiencias de la vida real, sino que se deriva de textos impresos o de medios digitales no relacionados con experiencias sensoriales, emociones y sentimientos, o por interacción con otras personas y seres vivos. Subcontratar nuestra memoria a los teléfonos inteligentes en cada vez más maneras es atrapante y la dependencia de los dispositivos a nivel micro es común. El lapsus de memoria a corto plazo y la fatiga cerebral se encuentran incluso entre los jóvenes. El ayuno digital o tomarse un sabático digital se ha convertido en un mecanismo de supervivencia.

El desarrollo de las habilidades racionales y de investigación del lado izquierdo del cerebro tiene lugar a expensas del lado derecho, que es creativo, imaginativo, artístico, reflexivo e intuitivo. El lado izquierdo mide, juzga, analiza, mientras que el lado derecho sintetiza y percibe de manera diferente. Actualmente hay un aumento de la actividad en el hemisferio izquierdo a gran escala, dejando el lado derecho sin explotar o subdesarrollado.

La compasión y la empatía se están debilitando. Todo se ha convertido en una mercancía para ser comprada y utilizada. La madre naturaleza, el reino animal y otros seres humanos son mercancías. La educación se percibe ahora como "desarrollo de los recursos humanos". La explotación de la mano de obra y la trata de seres humanos están aumentando en las economías emergentes. La riqueza y el poder se concentran en manos de unos pocos.

La necesidad de reconectarnos con nosotros mismos

Muchos pensadores opinan que la crisis actual que afecta a nuestro planeta no tiene precedentes en milenios, siendo la globalización, los medios de comunicación y la tecnología los principales factores. Falta un sentido de responsabilidad universal, ya que la individualidad y el interés propio están en el centro de todo. El sentido de lo incompleto está omnipresente, y el placer, sin tener en cuenta la responsabilidad, es la norma de hoy, basado en la premisa de que los seres humanos están en la cúspide del orden natural y todo está hecho para su disfrute.

La sociedad se ha convertido colectivamente en el segundo pájaro del cuento del Upanishad, el que disfruta, y no en el que observa. Los derechos son importantes y la libertad de elección se aplica con respecto a los deberes u obligaciones. Los medios sociales han invadido nuestra privacidad, y lo que puede publicarse en los medios sociales comienza a controlar sutilmente nuestras vidas. Es una situación peligrosa en la que uno ha perdido completamente el contacto con lo que es auténtico y espontáneo en su verdadero sentido. Denota una especie de plasticidad, una versión inventada que esconde la realidad, metafórica, irónica y físicamente también. Para estirar la metáfora, lo plástico no puede recuperar su equilibrio.

El interés propio a costa del bien mayor se ha convertido en el pilar principal. La pregunta ahora es, ¿cómo podemos lograr la integración en nuestras vidas? ¿Cómo nos reconectamos realmente con la naturaleza y con otros seres vivos? ¿Cómo podemos detener este proceso centrífugo y acercarnos al centro de nuestro ser? ¿Cómo podemos detener estas actividades esencialmente destructivas y reconectarnos realmente con nosotros mismos?

La Teosofía le ha dado al mundo una literatura inmensamente valiosa sobre el hombre y su lugar en el universo, de la unidad fundamental de la existencia, de la interconexión e interdependencia de todo. Muchas enseñanzas teosóficas se han convertido ahora en parte de la corriente principal de pensamiento entre los ambientalistas y los pensadores sociales, con una comprensión profunda e innegable de que uno ya no puede permanecer aislado. Estamos juntos en esto y nos afectamos mutuamente todo el tiempo. Pero saber que esto es verdad a un nivel más profundo es la única manera de lograr un cambio real.

Las enseñanzas teosóficas están repletas de sutras o aforismos, sobre cómo vivir. Nos exhortan a dar más de lo que recibimos; a llevar una vida profundamente altruista y a tener un profundo y permanente respeto por todos los seres vivos y por la vida misma. Cuando esto ocurra, habrá naturalmente un espíritu de custodia y una perspectiva verdaderamente global que pueda crear un mundo sin fronteras ni límites, no confinado por barreras o ideologías, fundado en la igualdad, donde hombres y mujeres se tratarán unos a otros y a todas las criaturas vivientes y a las bondades de la naturaleza con respeto. La Teosofía nos enseña a ser humildes en el conocimiento de que somos una mera mota en el vasto diseño de un universo que tiene un orden y ritmo intrínseco. Es con este espíritu de unidad que podemos verdaderamente hacer de la Teosofía un poder viviente en el mundo.

Las enseñanzas teosóficas son nuestra herencia, que continuarán siendo un faro de luz basado en la sabiduría para el servicio a la humanidad. La sabiduría, que es la cualidad más elevada de la mente y puede ser despertada a través de la auto-transformación, muestra que el desinterés es el único camino contra el interés propio que es la causa raíz de todos los males del mundo de hoy.

Radha Burnier dijo:

"La vida tiene dimensiones y sutilezas inconmensurables. Es rica, creativa, dinámica. La Verdad, al ser el descubrimiento de la belleza y del misterio de la Vida, necesariamente también es ilimitada, una bendición sin paralelo".

Hemos alterado y transformado radicalmente esta bendición en un fenómeno unidimensional, impactando nuestras vidas en todos los sentidos. Tenemos una necesidad urgente de reexaminarnos a nosotros mismos, individual y colectivamente.

viernes, 18 de mayo de 2018

La espiritualidad chatarra

Pintura: flying biscuit lover

La espiritualidad chatarra.

Vivimos en tiempos de sed espiritual profunda, en los cuales, y a pesar de los notables avances científicos y médicos logrados, se nos hacen claros, también, los evidentes límites que paradigmas como el cientificista, exhiben a la hora de proveer sentido a la vida de tantos hombres y mujeres a lo largo y ancho del mundo.

Cuando la ciencia se olvida de su fin y deviene en ideología, pierde su norte y su sentido; siendo el encuentro con este último, y con mayúsculas, objetivo propio de toda búsqueda espiritual.

La enorme explosión de técnicas, modelos, teorías y herramientas de desarrollo personal disponibles en la vidriera contemporánea, y mediante los cuales las personas exploran en estos tiempos los fundamentos de su Sentido, dan cuenta de esta necesidad, surgida desde lo más hondo del ser humano.

No obstante, sería necesario advertir, que las pretensiones de desarrollar una auténtica vida espiritual no están exentas de algunos obstáculos. Algunos más evidentes, otros más sutiles, pero obstáculos al fin. Y aunque la meta sea digna y necesaria para una vida más plena y saludable, nadie está en condiciones de prometer, en el camino, un jardín de rosas.

Hoy quisiera referirme, brevemente, a uno de los obstáculos que a menudo empantanan todo auténtico progreso espiritual; dificultad harto común y tan en sintonía con los imperativos del mercado, y con el apurado ritmo de vida que hoy signa la existencia de tantísimas personas.

Me refiero a la espiritualidad chatarra.

Diluir la espiritualidad en una cultura que exalta la velocidad, la mera acumulación indiscriminada de información, la búsqueda inmediata de gratificaciones, y los resultados rápidos, es producto directo de una fantasía, bastante arraigada en estos tiempos, según la cual, el alivio de nuestros sufrimientos y el desarrollo personal, son algo demasiado cómodo de lograr, de fácil acceso, y que requiere muy poco esfuerzo.

De esta manera, muchas personas inician su práctica espiritual, cualquiera sea ella, motivadas y entusiasmadas en el inicio del proceso, para ir viendo como dicho interés y entusiasmo se disipan con el correr del tiempo, tras descubrir que los resultados mágicos que pretendían, no acontecieron de manera precisamente mágica, esto es, inmediata.

Tras la luna de miel inicial, luego sigue la decepción.

La espiritualidad chatarra, o espiritualidad fast food, a menudo es voraz y de amplío radar, dando lugar a personas que van y vienen de camino en camino y de técnica en técnica, picando aquí, picando allá, pero manteniéndose siempre en aguas superficiales, sin darse el margen, ni la posibilidad, de avanzar en el sendero de la auténtica transformación interior que deviene de todo sendero asumido comprometidamente.

En ese sentido, la espiritualidad chatarra guarda una estrecha relación con la idea de lo “líquido”, que como categoría sociológica, han explorado pensadores de la talla de Zygmunt Bauman, para entender y describir la condición del atribulado hombre actual.

Lo “líquido”, precisamente, se evidencia en la evanescencia del vínculo que el buscador apurado establece con la disciplina o el camino elegido. “Hoy practico esto, mañana practico esto otro”, itinerario tras el cual sólo esperan, brazos abiertos, las hermanas desilusión y desesperanza.

El desarrollo de una vida espiritual auténtica necesita tiempo. Tiempo para profundizar atentamente en nuestro genuino proceso de autoconocimiento, y tiempo para trabajar en la calidad de nuestros vínculos con los demás. Tiempo para vivenciar los fundamentos de la disciplina o tradición elegida, y verlos lentamente echar raíces en nosotros, y tiempo para hacernos carne con dicha práctica o camino, pudiendo de este modo convertirnos en un fiel reflejo de la riqueza que contienen.

Quien con sinceridad emprende un camino de crecimiento espiritual debe sortear la tentación del autoengaño. Y es que el atajo rápido y fácil de la falsa sabiduría con frecuencia nos empuja hacia afuera, a los límites exteriores del bosque escondido, donde descansa el tesoro anhelado. Aunque intuimos que algo importante habita allí, evitamos el compromiso que supone incursionar en su interior. Nos privamos, de este modo, de la riqueza de su búsqueda, que demanda paciencia, sinceridad de intenciones, y valentía para enfrentar la propia Sombra. Todo sin lo cual, sólo queda el apuro del buscador confundido, que rondando sin cesar por la periferia del bosque, no cesa de correr detrás de una pálida ilusión.

Juan Manuel Otero Barrigón