miércoles, 20 de julio de 2016

Shangri-La (3): Thoreau en Walden

Henry David Thoreau

Escritor, poeta, filósofo, objetor de conciencia, libertario, ícono en el movimiento de resistencia civil. Referirse a Thoreau (1817-1862) supone, indefectiblemente, hacer alusión a Walden Pond, el mítico lago de Massachusetts en cuyas cercanías vivió durante dos años, dos meses y dos días, en un exilio autoimpuesto y motivado por su búsqueda trascendental. Con este proyecto de vida ermitaña, al aire libre, cultivando sus propios alimentos y escribiendo sus vivencias, Thoreau perseguía varios objetivos. Por un lado, demostrar que la vida en la naturaleza es la verdadera vida del hombre libre que ansíe liberarse de las esclavitudes de la sociedad industrial. Por otra parte,  hacer evidente que la comprensión de los recursos de la naturaleza, sus leyes, sus recompensas, son un camino que el hombre no puede olvidar gratuitamente. Podría decirse que Thoreau era, con su impronta trascendentalista, un verdadero taoísta filosófico (para profundizar en la naturaleza del taoísmo filosófico, los invito a visitar mi blog alterno, "Otro Bosque Taoísta"). 

Vista aérea del lago Walden Pond: con una superficie de 25 ha y un perímetro de 2,5 km, el mítico lago se encuentra en Concord, estado de Massachusetts (E.E.U.U)


Thoreau construyó con sus propias manos la cabaña en la que vivió en las cercanías del lago, quedando su experiencia inmortalizada en el famoso escrito Walden, la vida en los bosques, un ensayo publicado en el año 1854, y considerado una de las obras de no ficción más populares de la narrativa estadounidense. 

Sección del lago cercana a la cabaña donde vivió Thoreau


Pese a lo que se podría creer, este amigo de las largas caminatas y de las cabañas en el bosque, no fue un hombre desentendido de su tiempo. Defendió a los esclavos, a los indios que fueron expulsados de sus tierras, a los perseguidos. Antes de instalarse en Walden, se opuso a la guerra norteamericana contra México, por lo que se negó a pagar impuestos, y fue preso por ello. Desde la prisión, escribió el que sería considerado con el paso del tiempo su segundo gran ensayo, "Desobediencia civil". Fue amigo y seguidor de otro gran filósofo estadounidense: Ralph Waldo Emerson, quien en aquella ocasión lo sacó de la cárcel pagando la fianza. Junto a él y a la escritora Margaret Fuller, formó parte de la corriente Trascendentalista.

Dibujo de Sophia Thoreau, hermana de Henry David, donde retrata la cabaña construida por su hermano


Atento observador de la naturaleza, escribió que la mayoría de los hombres viven infelices en medio de la “desesperación”, y muchos acumulan o heredan bienes que no les sirven para alcanzar la felicidad. Creía en el estudio constante e individual fuera de las distracciones de las universidades, por lo que era un convencido autodidacta. Defensor de la vida simple, criticaba la posesión desmesurada de bienes. Thoreau comenzó a llevar un diario a los 20 años y escribió más de una decena de cuadernos, en los que  abordó prácticamente todos los aspectos relacionados con la mente y el espíritu, la sociedad y la política en la vida de los individuos.

Réplica de la cabaña original (ya desaparecida) en el mismo sector el que Thoreau la había construido

Buscando demostrar que la autarquía era viable, en un gesto revolucionario con el que pretendía rechazar tanto la vida moderna como la alienación inherente a la vida en sociedad, Thoreau fue capaz, para construir su cabaña, de hacer acopio de unas cuantas tablas (la mayoría toscas), unas tablillas de desecho para el tejado y los costados, unos listones, dos ventanas con cristales de segunda mano, mil ladrillos viejos, dos barriles de cal, cerdas, un manto de fundición, clavos, bisagras y tornillos, un picaporte y tiza.

Dibujo de la cabaña vista desde arriba

Réplica del interior de la cabaña

Estatua en homenaje a H.D Thoreau a metros de la cabaña actual

Cartel con frase de Thoreau en las cercanías de la cabaña. Dice: "Fui a los bosques porque quería vivir deliberadamente; enfrentar solo los hechos esenciales de la vida y ver si podía aprender lo que ella tenía que enseñar. Para no darme cuenta, en el momento de morir, que no había vivido".

    Thoreau es un gran compañero de viaje, una influencia decisiva para aquellos que apostamos a otra manera de mirar, de soñar, de relacionarnos con los demás. También, para quienes gustan de cultivar un pensamiento propio, a contracorriente de las tendencias y lo establecido por la época, procurando mantener, siempre encendido, el fuego incontaminado de la propia interioridad.

    Piedra que indica el lugar exacto en el que fue descubierta la cabaña de Thoreau, a metros de la réplica actual



    Autor: Juan Manuel Otero Barrigón

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