Psicología de la religión, espiritualidad, política consciente, estudios mitológicos, y mundo simbólico. Blog de Juan Manuel Otero Barrigón
lunes, 12 de mayo de 2025
Jornada. Grupo Eón - "El futuro interior: extendiendo puentes hacia el encuentro entre las inteligencias humana y artificial. Reflexiones desde la psicología junguiana".
sábado, 21 de diciembre de 2024
Serie Meditaciones #18. El umbral del enojo. Por Juan Manuel Otero Barrigón
MEDITACION #18
Viendo una charla sobre la polarización social como signo de esta época, me quedé pensando en una frase del jesuita Emmanuel Sicre: “El enojo como clave de interpretación de la realidad es una trampa”. Es cierto que el enojo nos sacude cuando algo se quiebra, cuando una verdad nos pincha de frente, cuando una realidad que sentimos injusta nos subleva; pero cuando lo tomamos como único principio interpretativo, nos termina encerrando en su propia lógica, donde cada detalle pasa a ser un enemigo o una amenaza. El enojo muchas veces se disfraza de justicia, de defensa de lo correcto, pero nos atrapa en un ciclo repetitivo, donde cada respuesta es más feroz, y menos profunda. ¿Qué pasa cuando, al final del camino, ya no sabemos cómo pensar sin ira? Jung, al reflexionar sobre las emociones, decía que "todos los fenómenos psicológicos llevan inherente algún sentido de finalidad, incluso los meramente reactivos" (1916). El mundo se parte, sí, pero ¿y si esa fragmentación, cargada de ira, no fuera también un umbral, una puerta entreabierta hacia algo más grande? Tal vez la verdadera confrontación no sea con el otro, sino con lo que nos queda cuando dejamos de pensar en términos de enemigos.
JMOB.
lunes, 26 de agosto de 2024
Sobre Dios. Carta de C.G.Jung a The Listener (Enero de 1960)
La siguiente carta de Carl Gustav Jung, publicada en la revista semanal de la BBC The Listener (21 de enero de 1960), surgió como respuesta a la significativa repercusión que había tenido su entrevista televisiva en la BBC en octubre de 1959. En esa ocasión, el entrevistador John Freeman había preguntado a Jung sobre su creencia en Dios, y este respondió con una afirmación que resonó profundamente entre los oyentes: “No necesito creer, yo sé”. Su declaración provocó una avalancha de cartas dirigidas a Jung, quienes buscaban clarificación sobre su postura. La carta publicada en The Listener funcionó, por tanto, como una declaración madura y reflexiva donde Jung explora su relación con la idea de Dios desde una perspectiva psicológica, alejándose de las convenciones religiosas tradicionales y profundizando en la compleja interacción entre la psique humana y lo que denomina “Dios”.
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Fragmento de la entrevista a Carl Gustav Jung en la BBC, octubre de 1959 – Creer y saber
John Freeman: “¿Y usted creía en Dios?”
Carl Gustav Jung: “Oh, sí.”
JF: “¿Y ahora cree en Dios?”
CGJ: “¿Ahora? Difícil de responder. Yo sé. No necesito creer, sé. (…)"
JF: “¿Y cree que la muerte es el final?”
CGJ: “Bueno, no puedo decirlo… Verás, la palabra creencia es algo difícil para mí. Yo no creo. Debo tener una razón para una cierta hipótesis. O bien sé algo, y entonces lo sé. No necesito creerlo. No me permito, por ejemplo, creer en algo solo por el hecho de creer en ello. No puedo creerlo. Pero cuando hay razones suficientes para formar una cierta hipótesis, acepto esas razones naturalmente, y diría: ‘Tenemos que considerar la posibilidad de esto o aquello’, ¿sabes?”
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La siguiente carta aclaratoria de Jung fue publicada poco tiempo despúes de dicha entrevista, y constituye una suerte de declaración definitiva del Jung maduro sobre la cuestión de Dios.
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Carta de Carl Gustav Jung a The Listener, 21 de enero de 1960.
Traducción: Juan Manuel Otero Barrigón
(una versión del original en inglés está disponible en https://uncertaintist.wordpress.com/wp-content/uploads/2012/04/jung-on-god.pdf)
« Muchas cartas que he recibido han enfatizado mi declaración sobre "saber" (de Dios) [en ‘Face to Face’, THE LISTENER, 29 de octubre]. Mi opinión sobre el "conocimiento de Dios" es una manera de pensar poco convencional, y entiendo perfectamente si se sugiere que no soy cristiano. Sin embargo, me considero cristiano, ya que estoy completamente basado en conceptos cristianos. Solo intento escapar de sus contradicciones internas al introducir una actitud más modesta, que toma en cuenta la inmensa oscuridad de la mente humana. La idea cristiana demuestra su vitalidad a través de una evolución continua, al igual que el budismo. Nuestro tiempo ciertamente demanda un nuevo pensamiento en este sentido, ya que no podemos continuar pensando de manera antigua o medieval cuando entramos en la esfera de la experiencia religiosa.
No dije en la transmisión: ‘Hay un Dios’, dije: ‘No necesito creer en Dios; sé’. Lo cual no significa: ‘Sé de un Dios en particular’ (Zeus, Yahvé, Alá, el Dios Trinitario, etc.), sino más bien: ‘Sé que evidentemente me enfrento a un factor desconocido en sí mismo, al que llamo "Dios" en consensu omnium ("quod semper, quod ubique, quod ab omnibus creditur")’. Lo recuerdo, lo evoco, siempre que uso Su nombre vencido por la ira o el miedo, cada vez que digo involuntariamente: ‘Oh Dios’.
Eso sucede cuando encuentro a alguien o algo más fuerte que yo. Es un nombre adecuado para todas las emociones abrumadoras en mi propio sistema psíquico que someten mi voluntad consciente y usurpan el control sobre mí. Este es el nombre con el que designo todas las cosas que cruzan violentamente y sin miramientos mi camino voluntario, todas las cosas que trastornan mis puntos de vista, planes e intenciones subjetivas y cambian el curso de mi vida para bien o para mal. De acuerdo con la tradición, llamo a esta fuerza del destino en este aspecto positivo así como negativo, y en la medida en que su origen está más allá de mi control, 'dios', un 'dios personal', ya que mi destino significa mucho para mí mismo, particularmente cuando se me presenta en forma de conciencia como una vox Dei, con la cual incluso puedo conversar y argumentar. (Lo hacemos y, al mismo tiempo, sabemos que lo hacemos. Uno es sujeto tanto como objeto.)
Sin embargo, consideraría una inmoralidad intelectual creer en la idea de que mi visión de un dios es el Ser universal y metafísico de las confesiones o 'filosofías'. No cometo la impertinencia de una hipóstasis, ni de una calificación arrogante como: 'Dios solo puede ser bueno'. Sólo mi experiencia puede ser buena o mala, pero sé que la voluntad superior se basa en una fundación que trasciende la imaginación humana. Dado que sé de mi colisión con una voluntad superior en mi propio sistema psíquico, sé de Dios, y si me atreviera a la hipóstasis ilegítima de mi imagen, diría, de un Dios más allá del bien y del mal, que habita tanto en mí como en cualquier otro lugar: Deus est circulus cuius centrum est ubique, cuis circumferentia vero nusquam.
Atentamente,
CARL GUSTAV JUNG »
NOTAS
Párrafo 2: (in) consensu omnium (‘quod semper, quod ubique, quod ab omnibus creditur’), con el acuerdo de todos (‘lo que ha sido creído siempre, en todas partes y por todos’). La fórmula entre paréntesis es lo que San Vicente de Lerins, en El Commonitorio, propuso como un suplemento a la Escritura como criterio para distinguir las doctrinas verdaderas de la herejía.
Párrafo 3: vox Dei, voz de Dios.
Párrafo 4: Deus est circulus cuius centrum est ubique, cuis circumferentia vero nusquam, "Dios es un círculo cuyo centro está en todas partes y cuya circunferencia no está en ningún lugar", una paráfrasis de la declaración de San Buenaventura en su obra Itinerarium Mentis in Deum (El camino de la mente hacia Dios).
jueves, 1 de agosto de 2024
Reflexiones Junguianas (XI), por Néstor E. Costa
sábado, 6 de julio de 2024
Serie Meditaciones #14. Jung, Emma y Toni: "La Base" y "La Fragancia". Por Juan Manuel Otero Barrigón
MEDITACION #14
La vida de Jung estuvo marcada por la presencia de dos mujeres fundamentales: Emma Rauschenbach, su esposa, y Toni Wolff, su colaboradora y amante. Yo las llamo aquí "La base" y "La fragancia". Me gustaría hacer un breve comentario sobre el motivo de estas expresiones. Con ellas me interesa no solo capturar la dinámica entre estas dos relaciones, sino también la manera en que influyeron en la vida y obra de Jung desde perspectivas complementarias.
Emma, como "La base", representó para Jung la estabilidad, la seguridad y el ancla emocional en su vida. No sólo fue su esposa, sino también una compañera intelectual que le proporcionó un hogar y una familia, además de un apoyo confiable y constante. Su solidez y compromiso permitieron a Jung sumergirse profundamente en su trabajo y en la exploración de la psique sin perder el sentido de pertenencia y arraigo. Emma es la tierra firme, el punto de partida y retorno, la raíz que nutre y sustenta.
Su papel en la vida de Jung no fue solo doméstico; Emma también contribuyó intelectualmente a su trabajo, ofreciéndole una perspectiva crítica y equilibrada. Con su fortaleza y devoción, Emma encarnó la estabilidad necesaria para que Jung pudiera construir su obra monumental.
Pero además de esposa y madre de cinco hijos, fue también una estudiosa aguda por mérito propio; se destacan sus trabajos sobre las dinámicas arquetipales entre Ánima y Animus, y su obra (escrita en colaboración con M. L. Von Franz) sobre el mito del Grial.
Por otro lado, Toni, a la que yo llamo "La fragancia", representa lo etéreo, lo inspirador y lo transformador en la vida de Jung. Aportó una energía dinámica y una perspectiva novedosa que catalizó muchas de las ideas más revolucionarias del maestro suizo. Su presencia fue como un perfume sutil pero potente, que impregnó su trabajo y su vida con nuevas dimensiones de comprensión y creatividad.
Toni fue la musa, el viento soplando a través de la psique para despertar posibilidades nuevas. Su relación con Jung fue menos convencional y más compleja que la que él tenía con Emma, pero fue precisamente esta naturaleza volátil y apasionada lo que le proporcionó a Jung la inspiración para profundizar en aspectos más oscuros y misteriosos del alma humana. Toni, con su intuición y sensibilidad, complementó la base sólida proporcionada por Emma, ofreciendo el impulso y la chispa que llevaron a Jung a nuevas alturas emocionales e intelectuales.
Su trabajo sobre los tipos psicológicos femeninos, especialmente su teoría de los cuatro tipos de mujeres: la madre, la hetaira, la amazona y la médium, ofreció una estructura para comprender las diversas manifestaciones del ánima y la psique femenina en general.
"La Base" y "La Fragancia" reflejan una integración de lo tangible y lo intangible, de lo estable y lo dinámico. Emma y Toni representaron dos aspectos cruciales de la existencia humana: la necesidad de arraigo y seguridad, y la necesidad de inspiración y transformación. Sin la estabilidad que Emma proporcionó, Jung quizás no habría tenido la seguridad emocional necesaria para explorar los aspectos más profundos de la psique. Sin la inspiración que Toni ofreció, sus exploraciones podrían haber carecido de la originalidad y dinamismo que caracterizan su obra.
Más allá de cualquier valoración moral o de relaciones de género que otros hicieran sobre este triángulo amoroso, me parece interesante apuntar como esta combinación de estabilidad e inspiración es fundamental para cualquier proceso creativo y de crecimiento personal. En el caso que nos ocupa, Emma y Toni, en sus respectivos roles, permitieron a Jung no solo realizar su trabajo, sino también vivir una vida plena y compleja, rica en exploraciones y descubrimientos. Ambas mujeres fueron esenciales para la realización de la obra de Jung, reflejando también la integración de opuestos que es un tema central en su psicología.
JMOB.
lunes, 24 de junio de 2024
Cierre del III Seminario "INTRODUCCIÓN A LA TEORÍA Y PRÁCTICA DE LA PSICOLOGÍA ANALÍTICA - C.G.JUNG" . Universidad del Salvador (USAL)
sábado, 22 de junio de 2024
In Memoriam: David Rosen (1945-2024)
Nos enteramos gracias a Laura London, creadora del ciclo de entrevistas "Speaking of Jung: Interviews with Jungian Analysts", que hace algunas semanas falleció el psiquiatra y analista junguiano David Rosen, autor de una biografía espiritual muy poderosa sobre Jung, titulada "El Tao de Jung" (1996, Ed. Paidós). Rosen fue un gran estudioso de la depresión, y uno de los promotores del diálogo entre la psicología analítica y la sabiduría oriental. Enterado de la noticia, volví a ojear las primeras páginas de su hermoso libro, donde se lee la siguiente anécdota: "Visité a Marie-Louise von Franz y C. A. Meier, dos estimados analistas junguianos y colegas de Jung desde hace mucho tiempo. En cierto modo, se podría decir que conocen a Jung y su psicología mejor que la mayoría de los junguianos vivos. Les pregunté a cada uno de ellos si pensaban que Jung era taoísta". (...) "Marie-Louise von Franz dijo: 'Sí, Jung favorecía el taoísmo y vivía la filosofía taoísta'. C.A. Meier estuvo de acuerdo: 'Sí, era taoísta, y hoy la gente no se da cuenta de que su psicología de los opuestos es prácticamente la misma que la del taoísmo...". (...) "La gente quiere convertir a [Jung] en algo que no era. Estaba atado a la Naturaleza y sus contradicciones. Sin embargo, era devotamente espiritual y claramente más taoísta que cualquier otra cosa."
Gracias por tu siembra, David. Buen viaje.
jueves, 23 de mayo de 2024
Sueños de serenidad: acerca de la paz. Por Juan Manuel Otero Barrigón
Sueños de serenidad: acerca de la paz.
Juan Manuel Otero Barrigón (*)
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“No hay camino para la paz. La paz es el camino”.
Mahatma Gandhi
"Jamás en este mundo los odios cesan con el odio; cesan con la benevolencia: Esta es una ley eterna".
Dhammapada
“La paz no está en el mundo, sino en el hombre que recorre el camino”.
David Carradine
martes, 23 de enero de 2024
Reflexiones Junguianas (X), por Néstor E. Costa
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domingo, 3 de diciembre de 2023
Serie Meditaciones #10. Sobre una frase del analista junguiano James Arraj: "La psique no puede saltar afuera de la psique". Por Juan Manuel Otero Barrigón
MEDITACION #10
La psique es un misterio. Es un campo de energía que abarca nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestra alma. Es la corriente dinámica de la que brotan nuestros pensamientos, sentimientos, recuerdos y sueños. Es la fuerza que nos impulsa a vivir.
La psique es como un río. Es un flujo constante de energía que nos atraviesa. Está llena de aguas claras y turbias, de aguas profundas y superficiales. Y aunque no podemos controlar el río, podemos aprender a navegar por él.
La psique es también un lugar de sombras. Está llena de los aspectos de nosotros mismos que no queremos ver: nuestros miedos, nuestros deseos, nuestras heridas. Sombras que son una parte de nosotros, y de las cuales no podemos escapar. Sombras que, no obstante, podemos integrar, y de esa manera crecer y sanar.
Jung creía que la psique es un sistema autorregulador. Siempre está tratando de encontrar un equilibrio entre los opuestos. Cuando la psique está en armonía, nos sentimos serenos y saludables. Pero cuando sucede lo contrario, podemos sentirnos ansiosos, deprimidos, enfermos.
La psique es también un lugar de creación. Es el origen de nuestra creatividad, nuestra intuición y nuestra imaginación. Es la fuerza que nos impulsa a crear arte, música, literatura y ciencia.
La psique es un misterio, pero también es un tesoro. Es el semillero que nos impulsa a vivir una vida plena y significativa.
James Arraj fue un analista estadounidense, que hasta su muerte en 2009, trabajó promoviendo como pocos el diálogo entre la psicología analítica y la espiritualidad cristiana, intentando reencauzar la senda trunca que en su tiempo iniciaran C.G.Jung y el padre Victor White. En la página 24 de su libro "Junguian and Catholic?", se lee la cita que titula esta meditación, "La psique no puede saltar afuera de la psique". Con ella, Arraj sugiere que no podemos escapar de nosotros mismos, ni podemos huir de nuestra naturaleza profunda. El objeto del psicólogo/a son las imágenes psíquicas y no las cosas en sí mismas, como ocurre en disciplinas como la filosofía y la teología. Esto significa que nuestra experiencia del mundo siempre está influida por nuestra psique y sus contenidos, por lo que no podemos separar completamente nuestra experiencia externa de nuestra realidad interior.
Cuando integramos nuestras sombras, nos hacemos más completos. Nos liberamos de la carga del pasado y nos abrimos a nuevas posibilidades. Nos volvemos más creativos, más intuitivos y más compasivos.
La psique es un viaje. Es un viaje de autodescubrimiento y crecimiento. Es un viaje que nunca termina. Pero es un viaje que siempre vale la pena.
JMOB.
lunes, 6 de noviembre de 2023
Serie Meditaciones #9. Acerca de la pneumafobia, enfermedad de la psicología académica. Por Juan Manuel Otero Barrigón
MEDITACION #9
El espíritu, con su misterio y su elusividad, con frecuencia es marginado en entornos académicos que valoran la empiria y la objetividad. En la búsqueda de una comprensión objetiva y científica del mundo, herimos nuestra relación con el espíritu, con esa dimensión que es inherente a la condición humana. Este rechazo del espíritu no solo nos separa de aspectos profundos de nosotros mismos, sino que también nos lleva a una sensación de vacío y desorientación con la cultura en su conjunto. Como individuos y como sociedad, dejamos de lado una parte esencial de nuestra experiencia humana, y esta herida en el pneuma resuena a través de las generaciones.
miércoles, 1 de noviembre de 2023
Cierre del II Seminario "INTRODUCCIÓN A LA TEORÍA Y PRÁCTICA DE LA PSICOLOGÍA ANALÍTICA - C.G.JUNG" . Universidad del Salvador (USAL)
El pasado martes 31 de Octubre cerramos la 2da edición del STO "Introducción a la Teoría y Práctica de la Psicología Analítica - C.G.Jung", con alumnos/as de 5to año de la Facultad de Psicología & Psicopedagogía de la Universidad del Salvador.
Fueron otros 3 meses compartiendo las exploraciones del maestro suizo por las profundidades del Alma, un viaje lleno de intuiciones poderosas que a muchos nos ha inspirado a continuar su obra. Además, varios de los estudiantes participantes cursaban su último día de carrera. ¡Que momento!
¡Gracias a los futuros colegas que formaron parte!
lunes, 18 de septiembre de 2023
Reflexiones Junguianas (IX), por Néstor E. Costa
Siempre tomó cuenta Jung de las dificultades de expresar y de transmitir que eran los arquetipos, dado que hablar de ellos nos remite necesariamente a la psique. En realidad, cuando se ingresa en estos dominios no hablamos sobre la psique, sino que es la propia psique la que se expresa sobre sí misma. De ahí la incomprensión que notaba el investigador suizo en algunos hombres y el consecuente miedo que denotaban cuando debían admitir su propia femineidad; claro, señalaba; la dificultad surgía cuando entraba en juego lo que era la palabra "Anima" y lo mismo puede pasar, tanto para los hombres como para las mujeres, con ciertos aspectos de la "Sombra" o de cualquier otro arquetipo.
martes, 2 de mayo de 2023
Serie Meditaciones #2: "El Daimon nos reclama anímicamente". Por Juan Manuel Otero Barrigón
MEDITACION #2
lunes, 3 de abril de 2023
Serie Meditaciones #1: "Los dioses se convirtieron en enfermedades". Por Juan Manuel Otero Barrigón
MEDITACION #1
Sobre la frase "Los dioses se convirtieron en enfermedades", de C.G.Jung
En el parágrafo 54 del Vol 13 de las Obras Completas de C.G.Jung ("Estudios sobre Representaciones Alquímicas", Ed. Trotta) se puede leer lo siguiente: "(...) Estamos todavía poseídos por nuestros contenidos psíquicos autónomos como si estos fuesen dioses. Hoy son denominados fobias, obsesiones, etc., en síntesis, síntomas neuróticos. Los dioses se convirtieron en enfermedades y Zeus ya no gobierna el Olimpo, sino el plexus Solaris y produce curiosidades para las consultas médicas o perturba el cerebro de los políticos y periodistas que sin saber desatan epidemias psíquicas".
La frase resumida, que circula por varios lugares, apunta a una idea fundamental en la psicología de la religión junguiana, según la cual los dioses que en otras épocas fueron objeto de culto y veneración, pasaron a ser representaciones simbólicas de procesos psicológicos inconscientes que comenzaron a manifestarse en forma de padecimientos psíquicos.
Jung sostenía que, a medida que la humanidad se fue desenvolviendo en los últimos siglos, las estructuras sociales y culturales que antes proveían sentido de pertenencia y seguridad comenzaron a debilitarse, dejando un vacío que se tradujo en la pérdida de contacto con la dimensión espiritual. En el pasado, los dioses en tanto representaciones simbólicas de contenidos del inconsciente profundo, eran venerados y adorados como seres divinos. Sin embargo, con el paso del tiempo, el desarrollo de la ciencia y la secularización de la cultura occidental, se devaluó la relación con lo espiritual y lo trascendente. Esta pérdida del sentido de lo divino propició que dichos contenidos comenzaran a manifestarse en la psique individual como síntomas y patologías diversas.
No hay que olvidar que para Jung, en una de sus contribuciones más potentes, la función religiosa de la psique remite a una necesidad innata que tiene el ser humano de vincularse con algo espiritual y trascendente. En su pensamiento, la psique no puede ser totalmente comprendida si no se toma en cuenta esta dimensión. Jung sostenía que la función religiosa de la psique no se limita a una religión o sistema de creencias determinado, sino que tiene diversas expresiones, en diferentes épocas y culturas. La función religiosa puede ser entendida a partir de la búsqueda de sentido y conexión con algo más grande y profundo que el individuo mismo.
Jung también consideraba que la función religiosa es fundamental cuando hablamos de la salud psicológica y emocional del ser humano, y que la falta de una conexión significativa con algo trascendente es una ruta bastante propicia a la desesperanza, la ansiedad y/o la depresión. Esta función religiosa de la psique se puede vehiculizar por varias vías, entre ellas la experiencia mística, la creatividad artística, la práctica de la meditación, y otras formas de atención a lo espiritual.
JMOB.
viernes, 3 de febrero de 2023
Reflexiones Junguianas (VIII), por Néstor E. Costa
sábado, 7 de enero de 2023
Imagen y Mundo Intermedio (J.M.Otero Barrigón)
Imagen y Mundo Intermedio
Por Juan Manuel Otero Barrigón
"Mi alma, ¿dónde estás? ¿No me escuchas? Te hablo, te estoy llamando. ¿Estás ahí? He regresado, estoy aquí de vuelta. He sacudido el polvo de todas las tierras de mis pies y he llegado a ti. Estoy contigo. Después de muchos años vagando, he regresado a ti. ¿Debería contarte todo lo que he visto, experimentado y bebido? ¿O quieres escuchar sobre todo el ruido de la vida y el mundo? Una cosa debes saber: lo más importante que aprendí es que debes vivir esta vida".
C.G.Jung, “El Libro Rojo”
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Entre los u´wa, un pueblo amerindio que habita la región de lo que hoy es Colombia, se cuenta el siguiente mito de origen:
"Al principio, el universo estaba conformado por dos esferas: un mundo de arriba –de luz cálida y seca–, y un mundo de abajo –de oscuridad húmeda y vacío–. Vino después el movimiento y los mundos de abajo y de arriba se mezclaron, y como resultado de esta mezcla surgió el mundo intermedio. El mundo de arriba es Blanco, el mundo de abajo es Rojo, de la mezcla se formaron el mundo Azul y Amarillo. Los mundos de arriba y de abajo son indestructibles, pero, por el contrario, el mundo intermedio sólo puede existir si se mantienen esos dos mundos originales.
Los hombres habitan en el mundo intermedio, y allí la vida fue creada a partir de materiales que pertenecen a los dioses de los mundos de arriba y de abajo. Estos materiales están almacenados en distintas esferas, y son por lo general, lagos de colores. Todo lo que existe en el mundo, pasó a través de estas esferas durante el momento de su creación y en ese paso tomó sus propiedades. El mundo de arriba, Blanco, es el lugar donde habita el agua pura y en el mundo terrenal se representa con las montañas cubiertas de nieve. Al interior del mundo Amarillo, se encuentran las propiedades de las enfermedades y de las plantas medicinales. El Rojo es el mundo de la fertilidad y de la sangre menstrual. El barro, que es la materia de la que están hechos todos estos elementos, lo guardan los dioses en las distintas esferas. Los dioses shamánicos viajeros robaron, por medio de engaños, el barro que se encontraba en estas esferas y lo llevaron al mundo intermedio, el mundo de los hombres. Por lo tanto, todos los seres y las cosas del mundo intermedio terrenal poseen todo lo esencial para la vida, de las mismas fuentes y por procedimientos similares. Todos los seres están compuestos por una misma materia. Así, no existen diferencias entre los seres vivos que habitan en el mundo intermedio. Toda la naturaleza, todos los seres del mundo intermedio, incluyendo al hombre, reciben estos regalos de los dioses. Rukwa, el Sol, estuvo pensando. Debía mandar el calor del sol y el agua de los lagos del mundo de arriba, al mundo intermedio, para que allí las semillas crecieran. Lo que descubrió Rukwa era que, a pesar de que todo había sido creado, el mundo todavía no había sido puesto en movimiento. Con el propósito de lograrlo, mezcló el calor del sol con el agua de los lagos y puso entonces en movimiento el proceso de la vida y de la muerte, en el mundo intermedio". (1)
2
En el tránsito que discurre entre lo visible y lo invisible, nos encontramos con un tramo habitado por la imagen que es fuente expresiva de símbolos, mitos y arquetipos. Tales imágenes se nutren de las percepciones sensoriales que son propias de nuestra vida de vigilia, como así también de aquellas raíces más profundas que hunden en nuestra interioridad.
Por vía de la imaginación, hacemos presente en nuestra mente un elemento del mundo exterior convertido en imagen interna. Su capacidad es la de representar la ausencia. Mediante la operación imaginativa tomamos distancia de las situaciones inmediatas pudiendo atribuirles un significado. Esto supone, más allá de la recreación interior del objeto exterior, una activación de energía psíquica instintivo-emocional, gracias a la cual logra modelarse el vínculo entre lo tangible y lo intangible.
La imaginación es fuente casi inagotable de imágenes. La imagen, al disociarse del tiempo, se asienta en el espacio, desplegando de esta manera su universo rico en posibilidades.
Las imágenes comunican sin juicios de valor, apelando a distintos niveles de comprensión, de manera sintética y potente; emergen del presente y se adaptan a la situación particular del receptor, en función de su edad, su origen cultural, su nivel intelectual, etc.
Las imágenes son el soporte privilegiado de los símbolos, y por tanto, capaces de despertar profundas resonancias psíquicas, afectivas, corporales y espirituales, a quienes por ellos se dejan tocar.
Este potencial plurivalente de las imágenes permite que la experiencia simbólica sea (re) constructiva. Según las circunstancias, una misma imagen puede constelar distintos matices, implicaciones, significados.
3
La apertura a lo imaginario, como conjunto de imágenes y de relaciones de imágenes que expresan el capital simbólico del ser humano (G.Durand), significa la entrada al campo donde los arquetipos del inconsciente colectivo llegan a expresarse a través de la psique individual y de sus procesos más profundos.
Dicho espacio resalta la esencialidad que guarda la Realidad Psíquica como un ámbito igual de válido a la realidad exterior u objetiva con la que estamos familiarizados. Según Jung: “La “Realidad Psíquica” es un concepto controvertido, como “psique” o “mente”. Por los últimos términos algunos entienden la conciencia y sus contenidos, otros permiten la existencia de representaciones “oscuras” o “subconscientes”. Algunos incluyen a los instintos en el dominio psíquico, otros lo excluyen. La gran mayoría considera que la psique es un resultado de procesos bioquímicos en las células cerebrales. Unos cuantos conjeturan que es la psique lo que hace funcionar las células corticales. Algunos identifican “vida” con psique. Pero sólo una minoría insignificante considera al fenómeno psíquico como una categoría de existencia per se y saca las conclusiones necesarias”.(2)
Los arquetipos no son productos del cerebro ni derivados de su actividad. Se trata de realidades de orden superior, principios rectores que organizan la psique profunda, y que se manifiestan de variadas formas de acuerdo a la cultura, tradición o sistema.
Si la imaginación reproduce y recrea la realidad a partir de imágenes, el imaginario constituye la matriz profunda de la imaginación simbólica, que posibilita por medio de su exploración la entrada a nuevas dimensiones del ser.
En palabras de Gilbert Durand: “El hombre transforma el mundo en imágenes. Todo fenómeno humano se presenta necesariamente como un mensaje simbólico. El imaginario es, pues, el indicador de la ciencia del hombre. En el animal, las imágenes primitivas definen y permiten el equilibrio de la especie. Sin embargo en el hombre esto se hace más complejo y se expresa de forma que los arquetipos humanos son receptáculos de imágenes posibles. Se nos presentan como moldes dispuestos a recibir imágenes más o menos especificadas según las culturas, los momentos históricos, etc”. (3)
El imaginario, nos dice entonces Durand, tiene un carácter instaurativo del comportamiento del ser humano, de allí que este sea definido esencialmente como homo simbolicum.
4
Si por imagen no debe entenderse solamente lo visual, sino toda representación sensorial, podemos entonces sugerir que el mundo imaginario no consume en su totalidad el campo de la imagen.
Existe otro ámbito, proveniente de los estratos trascendentes, donde la imagen llega como receptáctulo de una plenitud. Ese mundo intermedio es conocido como lo imaginal.
En palabras de Jean Y ves Leloup: “Entre los dos (el mundo empírico y el mundo del entendimiento abstracto), existe un mundo intermediario, mundo de la imagen o de la representación, un mundo ontológicamente distinto al mundo de los sentidos y al mundo del intelecto, un mundo que requiere una facultad de percepción que le es propio...”. (4)
Según Javier Melloni, la cualidad de lo imaginal reside en ser portador de Presencia y de Presencias. Su lugar es psico-cósmico.
Lo imaginal es un fenómeno transicional, tal como lo es también la imaginación. Pero mientras esta última en su sentido habitual es consciente, y en tanto la fantasía es preconsciente, lo imaginal se nutre de la vida supraconsciente. De acuerdo con Henry Corbin, uno de los grandes teóricos de este reino, el mundo imaginal tiene existencia independiente de quien lo percibe y constituye uno de los tres planos de la realidad, junto con el mundo sensible por debajo y el inteligible o espiritual por arriba. Como región intermedia, apuntala la continuidad y la escala hacia niveles ontológicamente superiores. Melloni lo explicita del siguiente modo: “Es el lugar de los acontecimientos del alma y de los relatos visionarios, allá donde lo invisible se hace visible y lo inaudible, audible”.(5)
Corbin sugería que lo imaginal: “(…) posee extensión y dimensión, figuras y colores: pero no se los puede percibir por medio de los sentidos a la manera de las propiedades de los cuerpos físicos. No, estas dimensiones, figuras y colores son objeto de la imaginación perceptiva o de los “sentidos psicoespirituales”. (6)
El mundo imaginal, en tanto “materialidad inmaterial”, es el escenario o teatro donde uno ingresa como espectador o participante de aquello que es puesto en escena. Es un mundo con sus propios personajes, tiempos y tramas particulares.
La inmersión en el mundo imaginal no está exenta de riesgos, ya que así como su exploración puede resultar sumamente enriquecedora y nutritiva en clave álmica, también su carácter real y patente puede inducir a perder de vista la realidad consensual cotidiana en personalidades con un yo demasiado frágil.
De allí la importancia de acceder a estos reinos de manera protegida y segura. Para tal fin, se suelen utilizar distintas herramientas y técnicas, una de las cuales, la imaginación activa, cuenta con el soporte del encuadre analítico.
5
El mito de los u´wa narra de manera pintoresca el nacimiento del género humano a partir de la mezcla de otros dos mundos, el de arriba y el de abajo. En el relato priman los colores y las imágenes sugestivas, dando cuenta de un mundo intermedio distinto conceptualmente a aquel postulado por Corbin, pero imbuido de aquel, y desde el cual dicho mundus imaginalis puede ser intuido.
Los seres humanos habitamos un mundo, que entre el Blanco y el Rojo originarios, es resultado de una alquimia, que como en otras mitologías, necesita de la ayuda de los dioses para llegar a producirse.
Así, desde un mundo intermedio es que logramos atisbar al otro, intermedio también, quizás porque los seres humanos somos capaces de participar transitivamente de ambos.
Dos mundos intermedios que no deben confundirse ya que remiten a planos distintos, más allá de que la denominación propuesta por el mito y por nuestros citados autores sea la misma. Lo cual también da cuenta de la potencialidad humana de sumergirnos en tales estratos.
Desde lo personal y consciente hacia lo suprapersonal y supraconsciente, nos desplazamos hacia posibilidades más íntimas desde las cuales la Realidad se revela en mayor plenitud. Ello requiere cierta ascesis de la mirada, y de nuestro ser todo, para mejor disponerlo a la recepción de aquellos tesoros sutiles que brotan desde lo alto/profundo.
6
La imaginación activa es una poderosa técnica de trabajo interior que implica el diálogo con diferentes partes que viven en el inconsciente, en un intento por descubrir lo esencialmente humano. Se diferencia de la fantasía ordinaria y pasiva, guardando semejanza con el sueño, excepto que en la práctica de la imaginación activa se permanece consciente y despierto durante el proceso. Esto le confiere en gran medida su particularidad. Las imágenes emergen del inconsciente y trasvasan hacia la imaginación tal como llegarían en un sueño si se estuviese dormido.
Para el antropólogo Fernando Schwarz, el mundo intermedio, lugar de la geografía sagrada, es al macrocosmos lo que la imaginación activa es al microcosmos. Esto significa que la geografía sagrada se nos hace accesible a través de la práctica de la imaginación activa.
Así es que a través de alguna forma de expresión creativa, que puede ser el dibujo, la pintura, la danza, la escritura, la música o la cerámica, por citar algunos ejemplos, se establece una vía de comunicación entre la consciencia y el inconsciente. En todo caso, la posibilidad de contacto con regiones metafísicas, trascendentes a la vida psíquica, no resulta negada, si bien desde la clínica junguiana suele optarse por traducir dichos materiales a valores psíquicos. Aunque los productos finales generados por la imaginación activa no sean siempre interpretados, lo fundamental es lo que ocurre entre el “imaginante” y su obra, siendo que dicha técnica puede facilitar verdaderas transformaciones de la consciencia.
Jung explicó lo esencial de este proceso en una carta: “El punto es que comienzas con cualquier imagen, por ejemplo, sólo con esa masa amarilla en tu sueño. Contemplala y observa cuidadosamente como la imagen empieza a desarrollarse o cambiar. No intentes convertirlo en algo, simplemente observa cuáles son sus cambios espontáneos. Cualquier imagen mental que contemple de esta manera tarde o temprano cambiará a través de una asociación espontánea que causa una ligera alteración de la imagen. Debes evitar cuidadosamente los saltos de un tema a otro. Mantente firme en la imagen que has elegido y espera hasta que cambie por sí sola. Ten en cuenta todos estos cambios y entra tu mismo en la imagen, y si se trata de una figura que habla, entonces dile lo que tienes que decirle a esa figura y escucha lo que él o ella tiene que decir. Por lo tanto, no solo puedes analizar tu inconsciente, sino que también le das a tu inconsciente la oportunidad de analizarte a ti mismo, y así creas gradualmente la unidad de consciente e inconsciente sin la cual no hay individuación en absoluto”.(7)
Los acontecimientos en la práctica de la imaginación activa tienen lugar en el nivel imaginativo, que no es ni consciente ni inconsciente sino un lugar de encuentro, un territorio común donde ambos coinciden en igualdad de condiciones. De esta manera se abre paso a la función trascendente, que se erige como síntesis de los dos opuestos permitiendo mayores niveles de integración.
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Bibliografía:
(1) Recuperado de: https://www.luzangelalizarazo.com/mundointermedio.html
(2) C.G. Jung. “Psychology Commentary” en W.Y. Evan Wentz (comp.), The Tibetan Book of Great Liberation (Londres: Oxford University Press, 1977). Citado por Kakar (1993).
(3) Durand, Gilbert. (1984) La foi du cordonnier, Denoel.
(4) Leloup, Jean-Yves (2000, 1997). L’Evangile de Marie. Ed. Albin Michel. París, Francia.
(5) Melloni, Javier. Perspectivas del Absoluto. Ed. Herder, Barcelona, 2018.
(6) Corbin, H. Mundus Imaginalis, or the Imaginal and the Imaginary. Ipswitch, Golgonooza Press (1976, 1972). Citado por Ring, p. 224.
(7) Carta de C.G.Jung a Mr.O, 2 de Mayo de 1947.