martes, 24 de enero de 2017

Reflexiones sobre el chamanismo (por David Ocampo)


Reflexiones sobre el chamanismo, por David Ocampo

Luego de catorce años investigando sobre el chamanismo y los sueños de forma teórica y práctica he podido llegar a ciertos análisis listos para compartirse:

-Es un gran error el alejamiento del hombre denominado como moderno de estas prácticas por tacharlas meramente de superticiosas. Las prácticas chamánicas encierran una gran complejidad y su eficacia resulta verídica y comprobable cuando el practicante no es un charlatán, que como en cada profesión (piénsese en el caso de la política o la legalidad) sufre de la abundancia de quienes por prestigio, fama o poder dicen ser practicantes.
-Es necesario distinguir las prácticas chamánicas también de costumbres y tradiciones que sólo buscan perpetuar a ciertos grupos en el poder, de ahí que haya que tener cuidado también con quienes se dicen herederos legítimos de prácticas que nos pertenecen a todos los seres humanos que así lo reclamemos de cualquier raza o país, pues así como el aire que respiramos nos pertenece a todos, igualmente el contacto con el mundo espiritual es patrimonio universal.
-Las prácticas chamánicas son tan distintas como los practicantes que las llevan a cabo, así hay quienes a través de la meditación, los sueños, las plantas de poder, los rezos, los ejercicios corporales, la sexualidad, la danza, las intuiciones y los cantos (etcétera) en sus diversas combinaciones acceden a estados donde la consciencia acrecentada tiene acceso al llamado mundo espiritual, que siempre está presente pero del cual no siempre estamos conscientes.
-Más importante que seguir las enseñanzas de cualquier tradición, y sin menospreciar ninguna, quien desee acercarse genuinamente deberá hacerlo a través de la sinceridad consigo mismo, escuchando sus propias intuiciones, visiones, sueños y sincronicidades tal como se le presenten, pues cada camino es único y el grupo social sano debe alentar la búsqueda auténtica más que obstaculizarla, pues conocer más profundamente la realidad en la que estamos es algo que nos conviene a todos.
-Las plantas y sustancias (como el LSD) de poder son excelentes incentivos para quienes en un verdadero escepticismo se acerquen en la búsqueda de conocimiento, pues incluso las malas experiencias son excelentes maestras y no hay experiencia que no valga la pena. Se recomienda acercarse a estas maravillosas maestras con la mente libre de prejuicios o expectativas, pues como se ha dicho ya en la filosofía china, si se quiere aprender algo nuevo debe haber espacio para ello. También se recomienda su utilización las primeras veces en compañía de gente preparada que ya haya tenido suficientes experiencias con anterioridad, y quienes más que ser los encargados de dar la experiencia deben simplemente cuidar y permitir que la planta o sustancia comunique lo que deba. También se recomienda investigar bien en fuentes fiables sobre la sustancia o planta que se utilizará, pues dosis y toxicidades varían mucho de unas a otras.
-Estas prácticas tienen como finalidad acrecentar el conocimiento que tenemos tanto de la naturaleza interior como exterior, y como estamos rodeados por lo infinito tanto hacia lo pequeño como hacia lo grande o lo interno no debe preocuparnos la diversidad de experiencias que pueda haber, miles de años nos costó a la humanidad darle la vuelta a nuestro pequeño y hermoso planeta que no es sino un pequeño grano de arena en la inmensidad, de ahí que con humildad se deba emprender esta búsqueda tan urgente para nuestros tiempos.
-Distintas tradiciones permiten a los individuos acercarse a ellas para fortalecerse en sus conocimientos, el individuo debe hacer una selección entre lo mejor de estas e ir más allá pues así como un vehículo moderno está construido en base a técnicas que se desarrollaron en distintos lugares del mundo, así quien quiera viajar por el vasto misterio debe cuidar de ir con buenos pertrechos para ello, que la intuición y el estudio ayuden a seleccionar.

David Ocampo es psiconauta, poliamoroso, caminante de caminos, navegante por la vida, jinete de la libertad absoluta


miércoles, 18 de enero de 2017

Dandelion


Dandelion, por Juan Manuel Otero Barrigón

Las plantas imitan el ciclo del nacimiento, de la muerte y del renacimiento. En estrecha unión con la fertilidad y con las diosas madre de diferentes culturas. En muchas mitologías, comúnmente aparecen figuras humanas o dioses transformados en planta o en plantas que brotan del cuerpo muerto de algún dios. El trigo y las hierbas, por ejemplo, nacen del cuerpo del dios egipcio Osiris. Dada su configuración , color, aroma, perfume o hábitat, el simbolismo de las plantas suele ser más directo y vivaz.

La planta diente de león (dandelion, en inglés) es una de esas plantas dotada de un simbolismo mágico inherente y especial.

El diente de león debe su nombre a la apariencia de sus hojas, que recuerdan a los dientes triangulares, afilados y desiguales de aquel felino rey de la sabana africana.

Tradicionalmente, soplar una flor seca de esta planta es considerado una experiencia bienhechora y muy especial. Cuando sus hojas se van marchitando, sus semillas hasta ese momento inmaduras y encerradas dentro de la flor, se asoman al exterior con apariencia frágil y algodonosa, pudiendo así ser diseminadas con el más mínimo soplo de aire.

Según la tradición, si se piensa un deseo al soplar sobre esa constelación de levísimas semillas blancas, este se cumple.

Planta versátil y dueña de numerosas propiedades medicinales, se le llamaba ASTER que significa astro o ESTRELLA, por la forma de su semilla voladora. También se le suele llamar “panadero”, esto viene de una antigua costumbre que consistía en soplar la flor y decir “panadero tráeme buena suerte”.

En la mitología Griega, la Diosa Hécate, honro a Teseo con una ensalada de verduras a base de dientes de león después de haber matado al minotauro.

La leyenda popular atribuye su nacimiento al trabajo de las hadas. Según las narraciones populares, las hadas se vestían de color amarrillo fuerte para evitar ser pisadas por los humanos, y eventualmente se convertían o disfrazaban en dientes de león. La rápida recuperación de la semilla ocurriría, en este contexto, debido a que una hada habita en ella.

Los nativos americanos narraban que hubo una vez una hermosa doncella de cabellos dorados ala que amaban el viento del Sur. El viento era demasiado perezoso para cortejarla, por lo que permanecía en la sombra y la observaba mientras ella olía las flores. Espero tanto tiempo que un día al despertar de una siesta los cabellos de la doncella se habían vuelto grises, pero el creyó que era un truco del viento del norte que habría echado escarcha encima de su amada. Para su desgracia, luego comprobó que había perdido la oportunidad de amar. En otra leyenda una chica de cabellos dorados se enamoró del sol, rechazó a todos los pretendientes esperando que algún día el sol la amara, pero transcurrió el tiempo y ella envejeció y se hizo tan frágil que se la llevo el viento. El sol al entenderlo se lamento de no haberle prestado atención y de no poder hacer nada para que regresara. Pero el gran espíritu se compadeció y convirtió sus cabellos encanecidos en miles de flores que viajan en el viento.

Todos estos relatos derivaron en que de acuerdo al lenguaje de las flores, el diente de león signifique amor.

En épocas más recientes, y con el auge del flower power de los años sesenta, el diente de león recuperó mucho de su antigua importancia y significado. Algo que llegó a expresarse incluso a nivel musical.

Grabada como single sin disco en el año 67´ (y como agradecimiento a los fans debido al apoyo que estos les brindaron durante su estadía en prisión), The Rolling Stones editó esta belleza musical de coros celestiales, pico increíblemente malhumorado, del breve romance de los Stones con el pop psicodélico, resaltado por el clavicordio del inigualable Brian Jones.



Incluso en el Verano del Amor, los Stones no eran personas que dibujaran rostros sonrientes para la ocasión. En la cima del flower power, recién salidos de la cárcel, estaban más interesados en cantar: “Vuela, diente de león”, mostrando su cara más genuinamente antisistema y contracultural. Keith Richards lo explicó tiempo despúes: “No tuvimos la chance de disfrutar del flower power, por el tema del arresto. Somos bandidos”. Sin embargo, el sentimiento despertado por esta obra, se extendería incluso hacia la primera de sus hijas, a quien bautizó Dandelion por esta canción.

La belleza mágica de Dandelion se explica, en parte, por su poder evocativo hacia una época en la cual los sueños parecían posibles, y al alcance de la mano.

Canción lisérgica de la magia psicodélica Stone, cuya caminata paradisíaca final, aquella en la que Mick y Keith se internan en el bosque místico, nos sumerge en su melodía envolvente y atmósferica, devolviéndonos al interior de anhelos perdidos y de recuerdos de un pasado que hace tiempo quedó atrás.


lunes, 9 de enero de 2017

Síndrome de George Harrison


Síndrome de George Harrison, por Mariano Russo y Esteban Panzeri Glas

El síndrome de George Harrison grafica la conducta del opositor a ultranza.

Quien padece esta dolencia sufre de una oposición permanente a lo establecido, popular y/o ya formulado.

Su nombre remite a la figura de George Harrison, guitarrista de The Beatles, y tiene su fundamento en el análisis semiótico de las figuras de los 4 de Liverpool - John, Paul, George & Ringo. Si se extrapola la conjunción de los miembros, bien puede remitirnos a los lugares que cada uno de ellos representaría en una familia conformada por 4 hijos.

John, es el hijo mayor. Revoltoso y rebelde pero genio inspirador; buscando siempre el límite y empujándolo.
Paul, es el hijo cumplidor. Responsable, siempre atento y brillante como ejemplo para mostrar a los demás. El novio que cada padre desea para sus hijas.
Ringo es el hijo bobo, tonto pero simpático. No es genio ni brillante; tiene la habilidad de estar cuando y dónde hay que estar. Siempre cae parado.

Ahora George, es el hijo del medio, el que juega en solitario, el introvertido talento que solo despierta admiración en pocos, opacado por el brillo de John y Paul que tal vez no sean más geniales pero si más visibles.

La encuesta: "¿Cuál es tu integrante favorito en The Beatles?",daría como resultado una grán cantidad de votos para para Lennon y McCartney. Pero ¿y los que eligen a Harrison? ¿Qué problema tienen? ¿Acaso saben algo que el resto no? ¿Porqué expresan lo otro, lo alternativo, lo distinto a los demás?

Trazando una relación disparatada y algo peculiar, es que explicamos el síndrome de G.Harrison, como toda aquella conducta que se expresa en el despertar de la duda, repregunta y cuestionamiento perpetuo. Bajo este mecanismo conductual, es que el individuo busca diferenciarse del resto, al apelar a un segundo o tercer análisis de lo planteado por el resto de un grupo, quedando en segunda o tercera posición.

Esta conducta, se expresa en personalidades de tinte independentista.

martes, 3 de enero de 2017

Etapa bohemia en la vida de un tipo bohemio (Blas Manuel)


El arte rige mi vida. Me humaniza y me aleja de la existencia programada que observo en los que me rodean. Soy totalmente incapaz de pensar más allá del minuto que se escapa, quizás por que nunca atendí en clase, y me perdí aquellas que trataban de responsabilidad.

Y jamás seré rico, por que las manos que me harían falta para proteger una montaña de dinero, me harán siempre falta para escribir, y sentir el tacto de tu piel.

El arte… es tan maravilloso pues en él expresamos todo, es el único producto el cuál no está orientado hacia la avaricia, el único verdadero. Nuestros miedos y emociones, el amor es arte. Y por eso nunca tengo ganas de trabajar. Y muchas veces pienso que si no soy capaz de escribir con palabras perfectas lo que siento, moriré de hambre.

No tengo ganas sino de vivir, y mi existencia está condenada a lo incierto. A donde voy llego dando tumbos, olvidando y recordando caras, perdiendo el tiempo y disfrutando del resto, estropeando todo de cuántos me quieren. No busquen en mí nada que no sea arte, pues del malo o del bueno, prende la mecha de vuestro tiempo y quema los minutos y las horas de puro descontento, te queda sin nada en lo que agarrarte.

No merezco gran cosa, apenas he aprendido a pensar y ya he olvidado todo lo que me enseñaron… Soy incapaz de esforzarme por el mañana, porque detrás de él se esconderían miles de días desaprovechados.

Blas Manuel