martes, 16 de agosto de 2016

Estéticas del líder rockero

"David Bowie and the Spiders from Mars", obra de Russell Young


Estéticas del líder rockero, por Juan Manuel Otero Barrigón

Las siguientes son apenas unas líneas aproximativas a un tema que será excusa para futuros desarrollos y elaboraciones. Garabatos que invitan a pensar sobre algunos aspectos propios del universo rock, partiendo de elementos de la psicología y la filosofía del arte.

Reflexionaremos sobre el líder rockero, el frontman que en la Gestalt de una banda musical ocupa el lugar de Figura, encendiendo la mirada de los otros, abrazando el reconocimiento social y la fama.

Desde “Psicología de las masas y análisis del yo” (Sigmund Freud), sabemos que el ser humano busca formar parte de colectivos grupales que le ayuden a lidiar con su sentimiento de soledad; y escapando de ella, conseguir la aceptación de los otros semejantes. Cuando estos grupos posibilitan, además, el establecimiento de lazos afectivos con una figura carismática erigida en el lugar del Ideal, dichos lazos se abren en dos direcciones: los que unen al líder con el grupo, y los que mantienen cohesionado a los miembros del grupo como tal. Dado que una masa es una multitud de personas que han puesto un objeto en el lugar de su Ideal del Yo; a consecuencia de ello, los miembros se identifican entre sí en su yo. Romance con la figura del Líder que otorga sentido y llega a expresar y estructurar, muchas veces, toda una filosofía de vida.

Hablamos aquí del Líder, que en nuestro caso, es el líder rockero. Líder cuya presencia es demandada por el público. Líder que en su búsqueda de éxito y/o fama, teje en torno a sí mismo un imaginario y una mitología, anzuelo cautivante para quienes se sienten convocados por la historia que refleja su personalidad.

Las personas que experimentan el deseo avasallante de ser ampliamente conocidas por gente extraña son diferentes de aquellas otras que buscan dinero e influencia. Su sed de fama parece enraizarse en un anhelo distinto, cuyas raíces pueden seguirse hasta llegar al deseo de aceptación social, a la búsqueda de seguridad existencial y trascendencia histórica.

Para ello, y conforme a su personalidad individual, a sus objetivos y a la narrativa que pretenden crear en torno a sí mismos, se afianzan en un determinado papel; a veces como juego momentáneo, a veces como expresión auténtica de su singularidad, a veces como mero ejercicio de teatro. El problema, en todo caso, surgirá cuando se pierda la diferencia entre personaje y persona, especialmente si la una está muy distante de la otra. Los líderes de rock alimentan su personaje, en los mejores casos gobernándolo, en otros, siendo gobernados por él.

En este camino, muchos rockeros construyen en torno a sí mismos, y más o menos concientemente, una determina imagen, una estética que los define. Propondremos hoy cinco estéticas muy comunes en el mundo del rock, sin intenciones de agotar aquí las posibilidades siempre abiertas a la emergencia de imágenes estereotipícas nuevas, sino por ser estas quizás, las principales, aquellas en torno a las cuales se configuran, muchas veces, las “Leyendas” de este universo musical:

1) El “Líder de culto”: es aquel que mantiene un máximo nivel de distancia posible frente a la sociedad. Da pocas entrevistas, se mantiene aislado y cultiva en torno a sí mismo un halo de misterio que lo aleja de la mirada de la gente. Aparece sólo en contadas ocasiones y establece con sus seguidores ciertos códigos comunes, dándole a sus conciertos y shows una impronta marcadamente ritual. Ej: el Indio Solari

2) El “Reventado”: es aquel que convoca a la energía de la autodestrucción, “victimizándose” ante los ojos de la gente. “El mundo es el culpable de lo que les pasa”, canalizando su derrotero a través de sus conflictos con el consumo de drogas, la policía y las leyes. Muchas de sus letras y sus canciones reflejan ese tobogán de decadencia en el que se ven envueltos, con una crítica incisiva y al mismo tiempo derrotista, de la sociedad en la que viven. Sus representantes establecen, sobre todo, lazos identificatorios muy fuertes con parte del público joven. Ej: Keith Richards, Kurt Cobain, Pity Álvarez, Charly García, Tanguito

3) El “Poeta”: es el lírico por excelencia, arquitecto de un lenguaje metáforico que expresa en sus composiciones, influidas tanto por la literatura, como por la psicología y el simbolismo. El espíritu del poeta es, en algunos casos, tranquilo, en otros, atormentado. No obstante, y a pesar de la profundidad e intelectualidad de sus obras, tienden a cultivar una imagen más presente y más cálida, cuando no físicamente más cercana a sus seguidores . Ej: Luis Alberto Spinetta, Pedro Aznar, Jim Morrison, Miguel Abuelo.

4) El “Rebelde revolucionario”: junto con el Reventado, suele ser la estética más común en el ambiente rockero argentino. Va desde lo reformista hasta lo antisistema, provocando, cuestionando lo establecido. Enfatiza su disidencia con el establisment político y cultural, señalando nuevos caminos. Enciende la polémica con sus letras, a veces atentando contra la moralidad burguesa. Denuncia la hipocresía reinante, y protesta contra las injusticias sociales. Transgresor, en algunos casos, se involucra activamente en causas populares. Ej: John Lennon, Luca Prodan, Frank Zappa, Germán Daffunchio, Gustavo Nápoli.

5) El “Místico”: de mirada introspectiva, sus composiciones son la vía de expresión y de síntesis de los temas que condensan sus búsquedas; el desarrollo de la consciencia, el retorno a la naturaleza, el chamanismo, la religión, la sed por lo divino, la apertura a la alteridad. El místico no es necesariamente alguien introvertido, aunque suele ser este el tipo de personalidad que mejor lo expresa. En todo caso, refleja un contenido discursivo especial, propio de aquel que mira la vida con cierta perspectiva, relativizando las preocupaciones propias del común de la gente, y haciendo un llamado a lo esencial del vivir. A veces, cuando personaje y persona se hallan cerca uno del otro en el corazón del artista, su postura es anti-fama, alejada del estereotipo clásico del rock; se acerca, en dicho rasgo, al líder de culto. Ej: George Harrison, Gustavo Cordera (solista), Gustavo Santaolalla (en Arco Iris).

Estas cinco estéticas no abarcan la totalidad de los estilos existentes. Se trata, ni más ni menos, que de una lista provisoria, y a seguir completando.

Configuran imágenes arquetípicas, icónicas, convocantes de distintos tipos de energía, que harán eco de modo diverso en virtud de la sensibilidad colectiva de quienes integran el Público, aquel colectivo dispuesto a asumir dicha energía como propia, y a establecer el vínculo identificatorio con aquel catalizador energético primario, que es el Líder rockero.

Vehiculizan aspiraciones, preocupaciones, intereses, creencias e impulsos, adornándolos con esa belleza que sólo la música es capaz de brindar.

Construyen puentes, liberando fuerzas poderosas capaces de trascender su propia figura.

En algunos casos, el Personaje expresa genuinamente su intimidad; en otros, es la fabricación de una realidad irreal, que se articula en una Persona, ahora en sentido junguiano.

Derrotero, tanto el uno como el otro, al servicio de una necesidad existencial, de una ansiedad por consideración, que en el fondo es testimonio, como ocurre en toda manifestación artística, del afán de sobrevida al espacio y al tiempo.


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