viernes, 25 de agosto de 2017

Alicia en la “Boite” (por Dr. Jorge Garzarelli)



Alicia en la “Boite”  (Acerca de un ensayo para la muerte), por Dr. Jorge Garzarelli

Es obvio que lo que pueda decir desde estas páginas tiene un sentido precario y revocable.

¿Acaso hay Discurso completo?

Momento fóbico de la Escritura que trata de sobresaltar a lo no escrito sobre la llamada prostitución. Degradación del límite con el que intento el borde indeciso de la Falta, nunca la Falta misma: sabemos que es imposible

Lo que sucede al Lenguaje no le sucede al Discurso (1). Por esto es difícil escribir sobre lo que ella dice. Es así que tuve que realizar un negativo, algo así como en las películas mudas!.

Este texto es algo que más faltaría a mí, como el objeto T. de Winnicot; algo que le falta al cuerpo del hijo; por eso lo escribo y lo digo excéntricamente cayéndose aquí en esta “Pequeña Escena” dramática que es la Escucha Analítica. En este caso cayendo en lo “obsceno”, lo que esta por fuera de la escena presentada.

Ella dijo una vez: “Todo comenzó cuando leí en un baño de una pizzería: “Se busca mujer joven bien puta. Pago bien, llamar a Claudio al Nro...”

"¿Cómo podía estar escrito eso ahí? ¿Quién lo habrá escrito?. Me tente. Llame y hable con Claudio. A partir de ahí hable con muchos otros ofreciendo mis servicios. Él me enseño casi todo: con revistas, películas, con su propio cuerpo, etcétera. Aprendí rápido. El dinero lo repartíamos entre los dos por partes iguales. Él siempre fue muy cariñoso conmigo. Luego hice el secundario, pero estudié inglés y modelo publicitaria. Claudio me ayudó. Puedo decir que fue mi maestro".

Claudio: un hombre que le enseña a una mujer como hacer el amor con otros hombres. Extraña metonimia que tiene su arquetipo en el “Teseo de la epopeya micénica, que siempre obtiene provecho del amor de las mujeres”. (2)

Este buen “gigoló” quedará con el tiempo fuera del texto.

Muere.

Ella dice que no sufrió, mas bien fue un alivio. El maestro debía morir, quizás nunca vivió, como su padre al que nunca conoció. Gozo ante la muerte. Profundo sujeto del Inconsciente que, como Urano, devora eternamente sin tragarse a sus hijos. No obstante Cronos cumple con sus destino.

Él le enseña lo que no sabía (Goce del gran Otro), que la Pulsión es siempre parcial, parte del Ser de lo Real.

La pequeña “a” retenida eternamente en el borde, antes de su caída final. He aquí un goce de retención. Si cae la “a”, cae una pequeña identidad.

Ella dividida en dos que le hace decir: “Yo soy dos personas, a una la conozco bien, a la otra le tengo miedo y sin embargo me atrae, por eso vengo a verte”.

Ella tiene 39 años. Trabaja en una conocida “boite” de la capital. Posee a su nombre, dos propiedades, un auto, algunas joyas de valor, cuentas en bancos y un nuevo “gigoló” que la administra y protege.

Llegó a Buenos Aires, con dos amigas huyendo de la amenaza de su tío paterno que la había violado hasta los 14 años. Su madre había muerto diez años atrás.

Desde hace algo mas de tres años, con una interrupción de seis meses, está en análisis con dos sesiones semanales. Su producción atraviesa periodos bastantes diferenciados, unos superficiales, anecdóticos, sociales; a los que le sigue otros profundos, densos, confusos. Ese es su estilo; los dos lo sabemos y su Discurso oscila todo lo que necesita.

Después de todo- ella dice- yo soy dos personas”.

Ese después de todo queda resonando y se lo asocia a su deseo de sepultar su pasado. Pero éste retorna cada noche y con él, el “graffiti”. Esa “vedette” textual, instalado en su ocultamiento.

Ella no sabe, obviamente que sabe. Su discurso cuando es transparente se hace opaco y viceversa.

Parecía que es “graffiti”, -metáfora fantasma-, tiene otra historia que retorna como algo vagamente conocido; lo que aparentemente había quedado a fuera, está adentro.

Dialéctica del Deseo.

Metáfora que revela que:

El objeto visible no tiene una falsa transparencia (en el sentido de que cae bajo de los sentidos), sino en virtud de su participación en la de la imagen de su propio cuerpo. Este es el modelo de toda transparencia y lo que se transparente en ella soy yo (moi. Pero basta con esta imagen se desligue de su inserción en él yo (“je”), universal y se vaya, si así puede decirse, para que de ello resulte una extrañeza que confina con lo inefable”. (3)

Extrañeza que ella sentía como desde otro mundo, lo que le hacía actuar como una muñeca automática, suave pero penetrantemente repetida como la Olimpia de Nataniel.

Recordando, recordando, mi tío me dijo una vez que para ser mujer en la cama había que ser bien putita”.

Momento en el que el mundo de los fantasmas queda sometido al Principio de Realidad sin perder su categoría irónica. Ella misma asocia el “graffiti” con lo dicho por su tío (figura subrogada del padre muerto). Muerto por desconocido, ya que es propio del desconocimiento que uno no sé de cuenta que desconoce. Él yo cae en su imaginario y el saber sigue perteneciendo a la oscuridad.

Se “hace” aquí verdad (ya que la verdad es una construcción de necesario valor yoico) que uno no busca, sino que encuentra. Algún pintor ya lo señaló hace algún tiempo.

Se hace también verdad el Edipo que se arranca la posibilidad de ver, pero de lo visto no hay recuerdo?. Recuerdo de lo siniestro, formado de la represión.

Ella, Alicia, es una súbdita del proceso primario: idénticamente idéntica al mismo objeto, al mismo momento. Reina del fracaso.

Entonces aparece el recuerdo de la noche en la que fue violada. Violación que retorna como angustia, angustia que la sitúa en un análisis al que levemente provee de encuentros con lo Real.

Desde este Real, que como el anillo de Policrates vuelve con cada pescado (cada cliente), los que son para ella “un buen bocado”. Al estilo de los grabados eróticos de las cavernas (4) que tenían como propósito favorecer el éxito de la agricultura, la cría de ganado y la caza, el “graffiti” vuelve desde la oscuridad (uno de sus terrores), motivos no le faltan, para sostener el Goce.

Es condición “sine que non” que sobrevenga la oscuridad, la “intempesta notte”, siniestra hora de la noche, para que aparezca lo que ella llamaba terrorífico. Nosotros decimos: “un-heimlich”= siniestro – espectral – espeluznante, versus de “das Heimlich”= intimo – cómodo – conocido, lugar en donde ella “se mostraba”, domesticada, servicial, acostumbrada a decir que sí.

Ambos son antónimos. Su unidad contradictoria se da en el “um” que para Freud es el signo de la Represión.

Es ese “graffiti” y su protohistoria lo que vuelve como texto perdido........................., compulsivamente recobrado por los ojos de esta lectora desmesurada, que la marcó con la brutal fuerza de un significante que detesto utilizar.

Como las cosas pueden ser siempre y cuando sean nombradas por su “nombre verdadero”, fue el día en que ella asocia, un día de triunfo sobre lo siniestro.

Ella conoció y rompió el núcleo sigiloso de lo oculto.

Ese día ,mejor dicho esa noche, ella no fué a trabajar.

No apareció el Doble. Esa noche ella no fue la otra, la “Belle de Nuit” gatita amorosa – vendedora de ilusiones – violadora de hombres en pleno goce de impostura.(¿)

Esa noche la repetición, “profunda demonia”, generalmente superior al Principio de Placer, no pudo aparecer en escena. Un severo significante había desmontado cualquier arista escandalosa.

Esa noche, sesión de casi cuatro horas, sesión trasnochada, transgredido el tiempo sacralizado, nos pudimos preguntar:

¿Qué había detrás de sus suspiros fingidos? = Agresividad y ¿dentro de ésta?

Recuerdo que Lucien Israel (l979)dice: “gozando con su no-toda, la agresividad es un término que debe ser vaciado por que constituye un tapón”. (5)

Y digo: Agresividad = palabra pantalla donde se estrellan los múltiples sentidos históricos del hombre.

Agresión que le permite el goce desde uno de los bordes de la venganza, decirle a todos que los ama, a uno por uno, lo que equivale decir no amar a nadie. No sentir ninguna contracción a lo largo de su genital durante el tiempo de su profana y odiante actividad, la que ella sacraliza bajo una oculta Afrodita porteña.

Aquella antigua prostitución sagrada cuyo objeto era el amor, llega a transformarse en un eterno circuito del odio, donde la Gran Metáfora ganará su batalla. Digo “Gran Metáfora” a la Muerte donde Cupido (frágil y grave), tira su ultima y resistente flecha.

Cuando Ella, como el/la inquietante Jano, muestra la otra cara, la nocturna, maquillada una y otra vez, marcada por el penúltimo espejo de aquel laberinto de unívoco camino nos dice a las claras que no hace falta el hilo de Ariadna, aquí los Teseos (Deseos) sobran. Si hay sobras, si hay restos, son los hombres-clientes , que para ella “esos pobres animalitos que quedan tan desprovistos” son todos iguales .Las únicas diferencias serian, que algunos “son flacos, otros gordos, algunos lindos, otros feos". El Afecto permanente en el Infierno.

Es un rito sacrificial – repetición de lo que no puede ser -, multiplicación de Medusa, “mise en scene” de la Magna Mater atrapada en las fisuras de su “fading”. Evanescente figura de mujer que busca constantemente una representación.

Representación que como urticante fantasma ríe, con la misma articulación impasible del gato de Cheshire.

Ella es la misma Alicia (no en un país de maravillas, sino de enigmas concertantes) la que, con los ojos heridos contempla, sorprendida y vacilante, su propia Ausencia.

G R A F F I T T I

Ejemplos de “graffiti” encontrado en los baños de mujeres de distintos locales públicos de Buenos Aires:

- Te doy todo el placer. Llámame al Nro......

- Sucia sos y roñosa, cuando piensas en la cosa.

- a) Puta, ¿para qué lees esto?

- b) Puta, ¿para qué lo escribiste?

- c) ¿ Por que no se van las dos a la puta que lo Parió?

- M.Thatcher es la madre de todas las putas. (Frdo: Isabelita)

- Nena, compra vibradores, son mejores y más limpios que los hombres. (Belmont)

- Si te dejo un beso, ¿vos que me das?

a) Un trompazo.

b) Yo nada, por que no me gusta tu letra.

- ¿Cuánto cobras?

a) Yo lo hago por amor

b) Yo por un pan con dulce de leche

- La dueña de este local es una tortillera

a) Y vos como lo sabes?

b) Me lo dijo tu hermana

- Eva era mas hembra que Isabel, yo me encamaría con las dos!!

a) ¿Quién sos, Perón?

- Mañana digo basta! Silvina Burra

- ¿Qué te complace más?

a) que te mueras

- Nena regresá pronto a casa. (Firmado: la mamá de Caperucita)

(en la misma puerta)

a) Los hombres son todos unos lobos.

b) Vos, por que no me conociste!! (Firmado : la leñadora)

- Quien no llora, no mama. (Firmado: Mama mia)

Nota: Obtenidos de diferentes sitios de Buenos Aires – Capital y suministrados por mujeres de diferentes “inclinaciones” sexuales.

CITAS

(1) Barthes, R.- El placer del texto, México, Edit. Siglo XXI, 1980, p. 21.

(2) Confr. Choisy, Maryse – Psicoanálisis de la Prostitución, Buenos Aires, Edit. Horme, 1964.

(3) Bribbing, E. – Un modelo de objeto, Buenos Aires, Edit. Proteo. 1984, p. 19.

(4) Confr. Freud, S. – Eliade, M. - Choisy, M.

(5) Israel, L. – El goce de la histeria, Buenos Aires, Edit. Argonauta, 1979, p. 27.

Jorge Garzarelli es doctor en Psicología por la Universidad del Salvador. Profesor Titular de la Cátedra de "Psicología de la Religión" en dicha casa de estudios. Desarrolla múltiples actividades académicas, además de ejercer como analista en la práctica privada. Su tesis doctoral, de la cual el texto reproducido forma parte, se titula: "El mito: acerca de su producción en el inconsciente" (1987). Es autor, además, de los libros "Psicosociología del Turismo" y "Psicología del Deporte".

No hay comentarios:

Publicar un comentario