jueves, 9 de marzo de 2017

El mal (no) anida en las religiones


"Religion Was Never Designed To Make Our Pleasure Less ", por William Strutt

Existe una visión distorsionada y medio adolescente de considerar a las religiones como la fuente de todos los males del mundo. En Occidente, esa mirada maniquea tiende a ignorar, por ejemplo, la obra que hicieron los distintos monacatos, cual fue el origen de los hospitales, el de las primeras universidades, e incluso también, el de la conservación de la tradición greco-latina. Claro que, como contracara, las distintas religiones ejercieron (y aún ejercen) distintas formas de represión muy difíciles de digerir en pleno siglo XXI. Pero la maldad y la estupidez no viven en las religiones, sino en el corazón del hombre, algo que los totalitarismos ateos del siglo pasado mostraron muy bien. Pretender un mundo libre de dioses y de religiones, eso es lo verdaderamente ilusorio. Y es que como bien mostró Jung, al hombre sólo se le puede sacar sus dioses, tan sólo si se les ofrece otros a cambio. No importa el nombre que lleven, ni el lugar donde los encontremos, pero vivimos rodeados de dioses. Y desde el espacio más remoto, hasta el origen de los males, todo está en nuestra naturaleza. 

Juan Manuel Otero Barrigón

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