Alice Wellinger
Por Tanaerum // Por ley de conjunto de conjuntos, en el espacio un punto es lo más pequeño. Un conjunto de puntos forma una línea; un conjunto de líneas forma un plano y un conjunto de planos lleva a un cuerpo tridimensional. Gracias a la cuarta dimensión tiempo es posible que existan varios cuerpos de tres dimensiones en un mismo espacio. Por ejemplo, en un cubo de madera hay infinitas figuras y cuerpos imaginables, los cuales se pueden manifestar en diferentes momentos del tiempo. Primero podemos esculpir un busto de Einstein, luego es posible prensar la madera o, con un proceso similar, volver a tallar el busto de una mujer; por el mismo proceso más adelante se da forma a un tótem. Por ello, en ese trozo de madera están todas las formas que nuestra mente puede concebir. Por tanto, la cuarta dimensión es mitad mental y mitad física, y cada uno de nosotros es mitad mental y mitad físico. Un pensamiento de los planos superiores se hace realidad física en virtud de la cuarta dimensión, según la cual estamos separados en apariencia, pero unidos en esencia. La quinta dimensión es sólo mental. Todos tendemos a idealizar algo. En la quinta dimensión todo es mental y al pensar algo lo hacemos una perfecta realidad. Algunos aspectos del plano mental se manifiestan en el plano físico, pero las cosas mentales de los planos mentales se adquieren y se viven mentalmente. Así, podemos decir “la figura de la estatua se estremeció de angustia viendo aquello”, “el viento canta una dulce melodía”, “sus ojos son el océano”, “la campana gime”, etc. y, como dice el Dr. José Manuel Estrada, ” a través de la quinta dimensión los poetas penetran en las verdades sublimes y extraen bellezas profundas de la mente cósmica en virtud del desarrollo mental del hombre: el SEXTO SENTIDO“…”Es así cuando observamos que un poeta se acerca a una mujer y le dice “tus ojos son dos trozos de misterio”…Entonces observamos que el hombre es capaz de todo, de convertir el misterio en algo que puede cortarse y convertir la mirada de una mujer en ese sólido; podríamos decir, que en realidad es casi imposible hacerlo y, sin embargo, el hombre puede hacerlo”. El ser humano es algo más que su cuerpo, que se mueve de un lado a otro, siendo algo mucho más sutil y abstracto. Si en virtud de la cuarta dimensión todos los objetos pueden estar dentro de un mismo espacio, físicamente en momentos distintos y mentalmente de forma simultánea, de acuerdo a la quinta dimensión, todas las cosas son una misma. La sexta dimensión es la ubicuidad, definida como la facultad de estar en todas partes a la vez. En virtud de la sexta dimensión algo que está aquí está en el Sol, en el Macrocosmos y en todas partes. Lo que está ocurriendo en un momento determinado aquí, siempre ha ocurrido y siempre estará ocurriendo. Así, en contacto con esa sexta dimensión, el verdadero clarividente ve las cosas antes y después de ocurrir. El hombre es un planeta, un árbol, una montaña y a la vez un ser humano. “No existe el vacío, lo cual es asunto de apreciación por medio de la LEY DE LA RELATIVIDAD”. La séptima dimensión es la reintegración al Absoluto.
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