“Bohemia gitana”, de Camille Corot
por Vagabundo del Tao (Juan Manuel Otero Barrigón)
1) Menos es más. La sabiduría de vivir consiste en reducir las cosas a lo esencial.
2) La vida poética nunca abandona su delirio. Apuesta, siempre, a forjar una leyenda y mitología propias, creyendo sin descanso en lo que ama.
3) Las relaciones entre personas (familia, amigos, y muy especialmente pareja) están hechas para ser disfrutadas, no padecidas.
4) Toda vida poética tiene una matriz solitaria, pero lleva añadida una misión social, una entrega solidaria y desinteresada por los problemas de la sociedad en la que somos.
5) La vida poética bulle en un estado de constante rebelión, es fuego que quema. La libertad es el valor supremo de modo tal que está dispuesto a sacrificarlo todo por ella: creencias, respetabilidad, honores, status, etc.
6) No hay ideologías sagradas. Toda ideología y toda teoría, cuando se las toma demasiado en serio, se convierten en corséts mentales y espirituales, se vuelven tóxicas.
7) Cubiertas las necesidades básicas, la responsabilidad por ser feliz es de uno mismo. La felicidad personal no puede ser cifrada en terceros. El otro es un complemento, pero nunca el fin último de la propia vida.
8) La vida poética es creadora constante de símbolos. La emergencia de símbolos tiene sus tiempos, y solo cuando crecen y maduran en el interior deben exponerse a los demás. Nunca se venden, siempre se regalan.
9) Cada uno es dueño de su propio cuerpo. Sin atentar contra los demás, todo el mundo tiene derecho a vivir y a morir como quiera o como pueda.
10) La vida poética es inconformista, crítica con la cultura oficial, está en búsqueda constante; pero gusta de refugiarse en ciertos lugares de paz.
Excelente decálogo, una síntesis precisa del camino recorrido
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