“En el centro de nuestro ser hay un punto de nada que no ha sido tocado por el pecado ni por la falacia, un punto de pura verdad, un punto o chispa que pertenece por entero a Dios, que nunca está a nuestra disposición, desde el cual Dios dispone de nuestras vidas, y que es inaccesible a las fantasías de nuestra mente y a las brutalidades de nuestra voluntad. Ese puntito de nada y de absoluta pobreza es la pura gloria de Dios en nosotros. Es como un diamante puro, fulgurando con la invisible luz del cielo. Está en todos, y si pudiéramos verlo, veríamos esos miles de millones de puntos de luz reuniéndose en el aspecto y fulgor del sol que desvanecería por completo toda la tiniebla y toda la crueldad de la vida…”
Thomas Merton. Le point vierge (El punto virgen).
Excelente!!
ResponderEliminarGracias, Thomas.