domingo, 1 de noviembre de 2020

Sobre la necesaria distinción entre símbolo y alegoría

“En resumen existe entre las tres parejas de términos sariat y haqiqat, zahir y batin, tanzil y tawil la misma relación que entre el símbolo y lo simbolizado. Sírvanos esta rigurosa correspondencia de garantía contra la desafortunada confusión del símbolo con la alegoría. La alegoría es una representación más o menos artificial de generalidades y abstracciones perfectamente cognoscibles y expresables por otras vías. El símbolo es la única expresión posible de lo simbolizado, es decir del significado con aquello que significa. Nunca se descifra por completo. La percepción simbólica opera una transmutación de los datos inmediatos (sensibles, literales), los vuelve transparentes. Sin esta transparencia resulta imposible pasar de un plano a otro. Recíprocamente sin un pluralidad de universos escalonados en perspectiva ascendente, la exégesis simbólica desaparece carente de función y sentido. Ya aludimos a ello antes. Esta exégesis presupone pues, una teosofía en la que los mundos se correspondan: los universos suprasensibles y espirituales, el macrocosmos u Homo maximus (Insan kabir) y el microcosmos”. 

Henri Corbin
Historia de la filosofía islámica”, Editorial Trotta, Madrid, 2000, pp 51-52.

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