jueves, 3 de septiembre de 2020

Sobre la metáfora de Dios

"Hand of God," por Elizabeth Kenney

Según ciertos historiadores, la religión comienza su carrera bajo la tutela de la mitología, donde el Misterio que no puede ser nombrado recibe un nombre, disfrazado de personalidad y representado en el papel de creador del mundo, autoridad moral, y cuidador providente. Dios es así, el “Padre celestial" o la “Madre tierra", que vela por hombres y mujeres y satisface nuestras necesidades. Pero en cierto momento, el protagonista de la obra tiene que salir de escena para que el significado más profundo pueda ser captado e interiorizado. Lo que llamamos teología podría ser, entonces, una reflexión de segundo orden sobre la producción de primer orden que supone la mitología. Va mucho más allá de simplemente catalogar el perfil de personalidad de Dios y convertir historias sagradas en doctrinas y morales ortodoxas. En el mejor de los casos, la teología conduce a una contemplación más profunda de la metáfora de Dios, hasta el punto en que se abre a las tres dimensiones de la realidad: Dios como el Misterio fundamental, Dios como radicalmente Otro, y Dios como Espíritu comunitario.

Juan Manuel Otero Barrigón

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