"No prejudice", de Veronica Coulston
El color del prejuicio o el prejuicio del color
TEXTO DESDE LAS PENUMBRAS
por Dr. Jorge G. Garzarelli (Profesor Emérito - USAL)
Este título que puede leerse inversamente, solo intenta colocar sobre el tapete, uno de los muchos prejuicios que lamentablemente se encuentran profundamente arraigados en la débil naturaleza humana. Este caso acerca del color de la piel denominada “negra”.
Desde siempre me he preguntado, el porque de las diferencias que unos hombres establecemos respecto de otros hombres. Y he aquí que, emerge claramente que no tanto el tema de los hombres, sino de la pequeña cláusula “los otros”. Los otros hombres, aquellos que no son de mi color de piel, la piel blanca. Aquellos que son los diferentes y que – como en mi país, la Argentina . son un pequeñísimo grupo de gente, que son descendientes de los esclavos de la época de la colonia. Muy pocos a los que ahora se suman los inmigrantes de África, debido a la pobreza, el hambre, el despojo, las guerras tribales, la injusticia en la que muchas naciones de ese continente atraviesan desde hace mucho tiempo.
Esa diferencia de color de piel, es lo que hace diferentes a los hombres? Quienes así pueden pensar, tengo la “impresión” que no están utilizando su cerebración en la forma correcta.
Si todos tenemos cuerpos iguales en cuanto a conformación física, ojos, cabezas piernas, manos, corazones, pulmones!!!!
Ojos con los que miramos el mismo cielo, cabezas con las que soñamos los mismos sueños, pensamos pensamientos, piernas con las que caminamos, corremos, saltamos, bailamos, manos con las que acariciamos, escribimos cartas, tocamos instrumentos, corazones con los que sentimos y nos emocionamos, pulmones con los que respiramos el mismo aire. ¿Donde está la real diferencia?
Para esto me referiré sola y brevemente a dos autores que respeto en mi profesión, entre otros tantos. Piaget y Freud. El primero realizó una investigación en la que comprobó en 14 países netamente diferenciados por factores geográficos, económicos, sociales, religiosos, culturales, que los diferentes momentos evolutivos en el niño (cuatro estadios, sensorio motriz, preoperacional, de operaciones y concretas y de operaciones abstractas), se registran idénticamente en todos salvo ciertos factores del entorno que solo modifican su forma o tiempo de aparición.
Desde Freud (como en otro seguros (es posible observar que las nociones de estructura psíquica (inconciente, preconciente y conciente).como sus formaciones, revelados en síntomas, sueños, chistes,actos fallidos, obras de arte, fantasías, ensueños, se encuentran presentes en todas las comunidades de diferentes “etnias”y en todos los “colores” de la única raza humana. Por que asimismo, colores de piel habrá muchas, pero Raza Humana hay una sola.
Es desde la brevedad de este trabajo, que abogo por la desaparición de ese infame criterio por el cual discriminamos a nuestros semejantes solo por que es diferente a un grupo determinado que siempre que puede muestra que lo blanco es signo de superioridad. Es claro que todos somos diferentes porque somos individuos, pero cada uno de nosotros somos un mínimo pero eficaz Universo que contiene en forma armónica el polvo de las mismas estrellas.
Estructura psicosocial del Prejuicio (descargar el gráfico a la PC para verlo con detalle)
Desde siempre me he preguntado, el porque de las diferencias que unos hombres establecemos respecto de otros hombres. Y he aquí que, emerge claramente que no tanto el tema de los hombres, sino de la pequeña cláusula “los otros”. Los otros hombres, aquellos que no son de mi color de piel, la piel blanca. Aquellos que son los diferentes y que – como en mi país, la Argentina . son un pequeñísimo grupo de gente, que son descendientes de los esclavos de la época de la colonia. Muy pocos a los que ahora se suman los inmigrantes de África, debido a la pobreza, el hambre, el despojo, las guerras tribales, la injusticia en la que muchas naciones de ese continente atraviesan desde hace mucho tiempo.
Esa diferencia de color de piel, es lo que hace diferentes a los hombres? Quienes así pueden pensar, tengo la “impresión” que no están utilizando su cerebración en la forma correcta.
Si todos tenemos cuerpos iguales en cuanto a conformación física, ojos, cabezas piernas, manos, corazones, pulmones!!!!
Ojos con los que miramos el mismo cielo, cabezas con las que soñamos los mismos sueños, pensamos pensamientos, piernas con las que caminamos, corremos, saltamos, bailamos, manos con las que acariciamos, escribimos cartas, tocamos instrumentos, corazones con los que sentimos y nos emocionamos, pulmones con los que respiramos el mismo aire. ¿Donde está la real diferencia?
Para esto me referiré sola y brevemente a dos autores que respeto en mi profesión, entre otros tantos. Piaget y Freud. El primero realizó una investigación en la que comprobó en 14 países netamente diferenciados por factores geográficos, económicos, sociales, religiosos, culturales, que los diferentes momentos evolutivos en el niño (cuatro estadios, sensorio motriz, preoperacional, de operaciones y concretas y de operaciones abstractas), se registran idénticamente en todos salvo ciertos factores del entorno que solo modifican su forma o tiempo de aparición.
Desde Freud (como en otro seguros (es posible observar que las nociones de estructura psíquica (inconciente, preconciente y conciente).como sus formaciones, revelados en síntomas, sueños, chistes,actos fallidos, obras de arte, fantasías, ensueños, se encuentran presentes en todas las comunidades de diferentes “etnias”y en todos los “colores” de la única raza humana. Por que asimismo, colores de piel habrá muchas, pero Raza Humana hay una sola.
Es desde la brevedad de este trabajo, que abogo por la desaparición de ese infame criterio por el cual discriminamos a nuestros semejantes solo por que es diferente a un grupo determinado que siempre que puede muestra que lo blanco es signo de superioridad. Es claro que todos somos diferentes porque somos individuos, pero cada uno de nosotros somos un mínimo pero eficaz Universo que contiene en forma armónica el polvo de las mismas estrellas.
Estructura psicosocial del Prejuicio (descargar el gráfico a la PC para verlo con detalle)
Siempre que nos referimos a la estructura del prejuicio encontramos a
- La ignorancia
- El temor a lo desconocido
Los que indisolublemente actúan de consumo siendo estimulados además por factores de poder y de conservadurismo.
La articulación de estos factores es, por regla general de naturaleza inconciente y se encuentra en la mayoría de los seres humanos. Del mismo podemos señalar que el prejuicio forma parte de la historia del hombre.
- La ignorancia
- El temor a lo desconocido
Los que indisolublemente actúan de consumo siendo estimulados además por factores de poder y de conservadurismo.
La articulación de estos factores es, por regla general de naturaleza inconciente y se encuentra en la mayoría de los seres humanos. Del mismo podemos señalar que el prejuicio forma parte de la historia del hombre.
El prejuicio es de este modo, un impedimento poderosos para el crecimiento y desarrollo orgánico e integral de las sociedades humanas.
Según su origen y estructura el prejuicio puede ser individual o comunitario, social, religioso, político, cultural etcétera, pero siempre humano.
La ignorancia esta vinculada siempre a la ausencia de una pedagogía psico-social abierto a todo lo nuevo, mientras que el temor o miedo a lo desconocido tiene su origen en que, todo aquello que se presenta como extranjero al ámbito conocido es vivenciado por lo tanto como peligroso o siniestro.
Si aclaramos que en la mayoría de las civilizaciones el color negro posee un simbolismo que produce temor, por su ligazón con la noche, la muerte, el luto, etc. encontramos que el rechazo a la piel “negra” se nos impone como
Paradójico
Irracional
Inconciente
y Absurdo
pero que estimulado por factores culturales y políticos forma parte indisoluble de casi todas las sociedades conocidas las que, conservando sus hábitos, creencias y costumbres permanecen cerradas al cambio y al acceso a otros procesos enriquecedores.
Irracional
Inconciente
y Absurdo
pero que estimulado por factores culturales y políticos forma parte indisoluble de casi todas las sociedades conocidas las que, conservando sus hábitos, creencias y costumbres permanecen cerradas al cambio y al acceso a otros procesos enriquecedores.
Por oto lado, el prejuicio es una constante psicológica individual y que, por medio de la. misma colocamos en otros, factores de nuestra personalidad que nos disgustan. Es así que, el prejuicio emerge siempre con las credenciales de un injusto e indigno embajador, representante de lo peor de nuestra naturaleza y siempre actuando al lado de la violencia ya sea ésta individual o social.
Si accedemos por un momento a los paradigmas esenciales de los griegos encontraríamos aquí a Deimos (el terror) y a Fobos (el miedo), ambos hijos de Marte , el famoso dios de la Guerra quienes siempre aparecen en la historia de la humanidad presentándose en las mas de 40.000 guerras reconocidas como tales.
De este modo, el prejuicio repite su estructura casi inmodificable y presentando su inevitable cuota de agresividad constitucional en casi todos los actos de nuestra vida.
Hoy estamos mas cerca geográficamente por causa de los sistemas de transporte y comunicación aunque falta la cercanía del otro como semejante, a quien algunos y o muchos no lo consideramos un siniestro desconocido, y que puede ser un “compinche pacífico” en unidad de ideales comunes, aquellos que harán a la trascendencia de lo verdadero.
Ya previamente hemos señalado que junto al prejuicio encontramos hermanados dos antiguos “antivalores” insoslayables y nos hemos referido al temor a lo desconocido y vivenciado como lo extranjero y por lo tanto rechazado por peligroso y la ignorancia como parte de nuestro sistema de vida.
Es así que, desde un punto de vista fenomenológico el prejuicio muestra ese carácter paradójico e irracional. En el prejuicio como un “continuum” psicológico encontramos el mecanismo bien aceitado de proyecciones personales al lado de otra singular característica del prejuicio, su repetición. El prejuicio repite una y otra vez sus estructura en la que es dable percibir la agresividad (innata en al hombre) constituyente e inevitable que lo sustenta. Agresividad innata que se transforma en agresión para con otro y en su grado máximo de violencia, la Guerra.
Un chivo expiatorio (“pharmakos”)siempre es necesario, pero este chivo expiatorio siempre deberá tener algo diferente de mi, por lo cual lo voy a rechazar.
Esta es solo una de las diversas manifestaciones del prejuicio al que se suma su funesta hermana, la marginación. Asi como hace algún tiempo se culpó a los judíos de la contaminación de pozos de agua originando alguna peste y en la actualidad hasta hace muy poco, se juzgaba a la personas portadoras de HIV como pertenecientes a la peste rosa, enfermedad de las cuatro haches: heroinómanos, homosexuales, haitianos y hemofilicos, como si el virus discriminara y atacara solamente a esas personas.
Que yo sepa Humanos también se escribe con H.
La cuestión es mantener la igualdad de la raza. Un posición lógica dirá que la igualdad solo es igual para si misma (confróntese ese concepto con la teoria matemática de Fregue), pero aquí hablamos de igualdad ante los ideales del ser humano, que hemos “creado” para tolerar el dolor de las diferencias. Que el otro no sea igual a mi es relativamente intolerable pero (oh!!!casualidad) es aún mas intolerable que sea igual ami, ya que yo……………..”yo soy un superior al otro diferente”
Pequeñas disquisiciones de la Gramática de la Injusticia
Cada hombre pertenece a esa imaginarización de lo que llamamos raza, de la que no dudamos existe una sola. La Raza Humana, aunque haya muchos que se hagan los distraídos.
Y hablamos de esa maravillosa raza humana formada por el entretejidos de millones de seres que siempre han aspirado como podían y o pueden a la inmortalidad.
Todos sus magníficos productos muestran su anhelo creativo.
Que en este proceso exista la competitividad, es tan inevitable como lo es el aire para sustentar nuestras vidas. Pero se hace necesario precisar que globalmente existen diferentes tipos de competencia.
Competencia productiva: la que se da en el Arte, la Ciencia, el Deporte y Competencia destructiva: la que observamos en los genocidios, las guerras, las hambrunas, la injustificada locura de los poderes.
Dependerá de innumerables factores el que podamos ser creativos o destructivos y es dable observar en la historia, como periodos constructivos suceden a períodos destructivos Tema esta profundamente subyacente en las mitologías orientales..
No obstante estas variaciones pertenecientes a ciertos y determinados enigmas humanos, siempre existirá (la historia asi lo evidencia), un sistemático desprecio por el otro semejante y será nuestra tarea ética constante, desarticular este tipo de sentimiento que co-forma parte del prejuicio.
Es obvio que no modificaremos la naturaleza humana, pero al menos intentaremos por todos los medios posibles, prevenir que en forma radical se presenten en nuestras sociedades:
- los que manda y los mandados inescrupulosamente
- los que tienen solo derechos y los que tienen solo obligaciones
- los que se consideran los perfectos y los considerados imperfectos
- los denominados inteligentes y los llamados “gente cero” según test comprobados y convalidados por las gestiones del poder
- los que son de piel blanca y los que son de piel negra o amarilla o colorada
- los que son hombres y las que son mujeres y los indeterminados
- los que son “gente como uno” y los que no son gente.
En esta larga lista de prejuicios encontramos mancomunados otra larga lista de márgenes. Márgenes por los que cuales caballos apocalípticos, encontramos los jinetes de la Desesperanza, de la Indiferencia, de la Impostura, de la Injusticia, del Caos.
Márgenes en los que arrinconamos (como en la Antigüedad y no tanto a los locos) por Razones monolíticamente conformadas.
Razones raciales, sociales, culturales, sexuales, religiosas, económicas, etarias, ideológicas y sobre a los que son “diferentes a los diferentes”. Aquí el Prejuicio aparece como un pulpo diabòlico que se cree dueño de los Oceános.
Nunca pensamos que si, naturalmente este mundo tuviera márgenes nos caeríamos del Planeta azul magníficamente construido a nuestra imagen y semejanza para que todos caminemos sutil, breve (como nuestra vida)y respetuosamente, junto a otro que lo único que tiene de diferente es que “no es yo”.
Quizás desde cierta esperanza romántica y de hecho “utópica” podamos aún elegir ser humanos y alegrarnos de ese otro que consolida y perfecciona nuestra existencia.
Un chivo expiatorio (“pharmakos”)siempre es necesario, pero este chivo expiatorio siempre deberá tener algo diferente de mi, por lo cual lo voy a rechazar.
Esta es solo una de las diversas manifestaciones del prejuicio al que se suma su funesta hermana, la marginación. Asi como hace algún tiempo se culpó a los judíos de la contaminación de pozos de agua originando alguna peste y en la actualidad hasta hace muy poco, se juzgaba a la personas portadoras de HIV como pertenecientes a la peste rosa, enfermedad de las cuatro haches: heroinómanos, homosexuales, haitianos y hemofilicos, como si el virus discriminara y atacara solamente a esas personas.
Que yo sepa Humanos también se escribe con H.
La cuestión es mantener la igualdad de la raza. Un posición lógica dirá que la igualdad solo es igual para si misma (confróntese ese concepto con la teoria matemática de Fregue), pero aquí hablamos de igualdad ante los ideales del ser humano, que hemos “creado” para tolerar el dolor de las diferencias. Que el otro no sea igual a mi es relativamente intolerable pero (oh!!!casualidad) es aún mas intolerable que sea igual ami, ya que yo……………..”yo soy un superior al otro diferente”
Pequeñas disquisiciones de la Gramática de la Injusticia
Cada hombre pertenece a esa imaginarización de lo que llamamos raza, de la que no dudamos existe una sola. La Raza Humana, aunque haya muchos que se hagan los distraídos.
Y hablamos de esa maravillosa raza humana formada por el entretejidos de millones de seres que siempre han aspirado como podían y o pueden a la inmortalidad.
Todos sus magníficos productos muestran su anhelo creativo.
Que en este proceso exista la competitividad, es tan inevitable como lo es el aire para sustentar nuestras vidas. Pero se hace necesario precisar que globalmente existen diferentes tipos de competencia.
Competencia productiva: la que se da en el Arte, la Ciencia, el Deporte y Competencia destructiva: la que observamos en los genocidios, las guerras, las hambrunas, la injustificada locura de los poderes.
Dependerá de innumerables factores el que podamos ser creativos o destructivos y es dable observar en la historia, como periodos constructivos suceden a períodos destructivos Tema esta profundamente subyacente en las mitologías orientales..
No obstante estas variaciones pertenecientes a ciertos y determinados enigmas humanos, siempre existirá (la historia asi lo evidencia), un sistemático desprecio por el otro semejante y será nuestra tarea ética constante, desarticular este tipo de sentimiento que co-forma parte del prejuicio.
Es obvio que no modificaremos la naturaleza humana, pero al menos intentaremos por todos los medios posibles, prevenir que en forma radical se presenten en nuestras sociedades:
- los que manda y los mandados inescrupulosamente
- los que tienen solo derechos y los que tienen solo obligaciones
- los que se consideran los perfectos y los considerados imperfectos
- los denominados inteligentes y los llamados “gente cero” según test comprobados y convalidados por las gestiones del poder
- los que son de piel blanca y los que son de piel negra o amarilla o colorada
- los que son hombres y las que son mujeres y los indeterminados
- los que son “gente como uno” y los que no son gente.
En esta larga lista de prejuicios encontramos mancomunados otra larga lista de márgenes. Márgenes por los que cuales caballos apocalípticos, encontramos los jinetes de la Desesperanza, de la Indiferencia, de la Impostura, de la Injusticia, del Caos.
Márgenes en los que arrinconamos (como en la Antigüedad y no tanto a los locos) por Razones monolíticamente conformadas.
Razones raciales, sociales, culturales, sexuales, religiosas, económicas, etarias, ideológicas y sobre a los que son “diferentes a los diferentes”. Aquí el Prejuicio aparece como un pulpo diabòlico que se cree dueño de los Oceános.
Nunca pensamos que si, naturalmente este mundo tuviera márgenes nos caeríamos del Planeta azul magníficamente construido a nuestra imagen y semejanza para que todos caminemos sutil, breve (como nuestra vida)y respetuosamente, junto a otro que lo único que tiene de diferente es que “no es yo”.
Quizás desde cierta esperanza romántica y de hecho “utópica” podamos aún elegir ser humanos y alegrarnos de ese otro que consolida y perfecciona nuestra existencia.
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Jorge Garzarelli es doctor en Psicología por la Universidad del Salvador. Profesor Titular de la Cátedra de "Psicología de la Religión" en dicha casa de estudios. Desarrolla múltiples actividades académicas, además de ejercer como analista en la práctica privada. Su tesis doctoral, de la cual el texto reproducido forma parte, se titula: "El mito: acerca de su producción en el inconsciente" (1987). Es autor, además, de los libros "Psicosociología del Turismo" y "Psicología del Deporte".
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