"El asceta fue el primer ser vivo que trató el dolor como nuestros antepasados trataron el fuego cuando lo dominaron. Todos los animales huyen del fuego. Hasta la era del pitecántropo, hace varios cientos de miles de años, la aparición de la llama provocaba siempre un universal reflejo de huida. Ahora la antropología sitúa con frecuencia el verdadero nacimiento del hombre en aquel momento solemne en que por primera vez un ser consciente se atrevió a mirar cara a cara al viejo enemigo y examinarlo serenamente para convertirlo en instrumento de su supremacía. En el instante en que el hombre se atrevió a coger una antorcha con la mano para verla y amenazar con ella a sus enemigos, se apartó del mundo animal. El fuego no dejó por ello de quemar. Pero ya no quemaría al hombre".
Aimé Michel, "El misticismo: el hombre interior y lo inefable", Ed. Plaza&Janes
"Llegará el día, en que despúes de aprovechar el espacio, los vientos, las mareas y la gravedad, amarraremos en Dios las energías del amor. Y ese día, por segunda vez en la historia de la humanidad, el hombre habrá descubierto el fuego".
Pierre Teilhard de Chardin
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