Laura navegaba distraída por las redes cuando se encontró con un perfil que llevaba su nombre. Las fotos eran impecables, los comentarios llenos de amor, y su vida ahí parecía sacada de una película. Intrigada, empezó a seguir a esa “otra Laura” y descubrió que la gente la adoraba. Mientras tanto, su vida real se venía abajo entre líos y soledad. Un día, quiso cambiar la contraseña, pero le apareció un mensaje: “Lo siento, pero ya no sos la Laura principal.”
Una historia de Juan Manuel Otero Barrigón
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