MEDITACION #17
Ser freudiano, junguiano o adleriano no es solo un juego de etiquetas, sino un acto de sintonía con el alma que se presenta. Jung lo sabía: hay quienes necesitan la precisión del bisturí freudiano, que ayude a cortar con claridad los nudos del pasado. Otros requieren la brújula de Adler, que les señale el norte de su poder y propósito. Y están aquellos que pueden danzar en el misterio, a quienes Jung ofrece el espejo profundo del símbolo, el mapa de lo desconocido. Al final, ser terapeuta, como ser humano, es un arte de afinación sutil: escuchar más allá de las palabras y responder a lo que el alma necesita para encontrar su camino.
JMOB.
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