Pintura: "El Decameron", por John William Waterhouse. 1916.
Creer es crear, es intuir que la realidad es lo que es, pero que también puede ser lo imaginado. La creación simbólica del mito elabora el misterio del ser humano que, siguiendo a Heidegger, “es lo que preside la existencia del hombre”, la “falta” fundante que la humanidad tiene que afrontar. Falta en el orden del “ser”, agudizada por los esquemas ontológicamente exiliantes de nuestro actual paradigma tecnocrático. El mito es la asunción de que no todo puede ser conocido ni explicado, lugar del cual emergen la Maravilla y el Asombro, saliendo al encuentro con un hablar lleno de esencias.
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